Con el objetivo de evitar la comercialización de pollo de contrabando y asegurar la trazabilidad, este año ha empezado en Uruguay con ocho plantas de procesado (mataderos) en las que ya están instaladas y funcionando las denominadas «cajas negras».  Esta medida pretende lograr una mayor formalización y trazabilidad del mercado de la carne de ave, y cuenta con el apoyo de la Cámara Uruguaya de Productores Avícolas (Cupra)