EEUU: Carne de pollo fabricada en biorreactores

El pollo de la compañía estadounidense Upside Foods, cuyo consumo la FDA ha declarado que es seguro

 

La Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) ha dado el primer paso para que Estados Unidos se convierta en el tercer país del mundo, después de Israel y Singapur, en permitir que sus ciudadanos puedan “disfrutar” de productos elaborados a partir de carne cultivada en un laboratorio partiendo de células de origen animal. En una declaración hecha pública el pasado noviembre, la FDA estableció que después de evaluar «la información presentada por Upside Foods», considera que los alimentos elaborados con células de pollo cultivadas de esta compañía son seguros para el consumo humano.

Esto no quiere decir que la carne de pollo de esta empresa se pueda encontrar ya en los supermercados de EE.UU., ni que cualquier otra empresa que pretenda hacer productos con carne cultivada puede venderlos sin más. Las cosas no van a se ni tan fáciles ni tan rápidas.

Aunque la FDA afirmó que mantiene «conversaciones con varias empresas» para hacer lo mismo, según la legislación estadounidense cada producto debe ser aprobado individualmente. Incluso Upside Foods deberá recabar la autorización de la FDA para cada nuevo producto que quiera comercializar.

Además, a la propia compañía aún le falta un buen trecho por recorrer antes de llegar a las mesas de los consumidores del país. La instalaciones en las que se fabrica el pollo deben cumplir con los requisitos del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) y de la FDA, las cuales deben ser inspeccionadas por el Servicio de Inspección e Inocuidad de los Alimentos de aquel y el producto en sí requiere una marca de inspección de este mismo organismo.

 

Un proceso ultrarregulado

El reglamento de la tecnología de cultivo celular estadounidense se realiza en colaboración y en estrecha asociación entre la FDA y el Servicio de Inspección e Inocuidad de los Alimentos del USDA para alimentos elaborados a partir de células de ganado o aves domésticas. Ambas agencias acordaron que la FDA supervisa la recolección de células, los bancos de éstas y el crecimiento y diferenciación de las mismas. El enfoque de la FDA para regular los productos derivados de células animales cultivadas implica un proceso exhaustivo de consulta previa a la comercialización y si bien esto no se considera un proceso de aprobación, concluye cuando se resuelven todas las preguntas pertinentes para la consulta. Por su parte, el FDA supervisa el procesado posterior a la recolección y el etiquetado de los productos alimenticios de consumo humano derivados de células animales a fin de garantizar que estén etiquetados con precisión.

También está por ver cómo los consumidores reciben este nuevo producto, porque, por ejemplo, las empresas que elaboran imitaciones de carne partiendo de proteína vegetal han dedicado mucha más atención -e inversiones- que éxito comercial y ni mucho menos han revolucionado, aún, el sector como prometían que harían.

Tampoco es casual que los primeros ejemplos comerciales de carne cultivada hayan sido con carne de pollo. La carne cultivada no tiene grasas ni tejido conectivo, sin sangre, que es lo que da color y sabor a la carne y por tanto obliga a añadir colorantes y otros aditivos. En la carne de pollo, de un color más pálido, este problema se reduce significativamente.

Los argumentos a favor de este tipo de carne son que no es ético que para alimentarnos millones de animales tengan que sufrir y morir. Por contra, se aduce que no hace falta sacrificar a ningún animal para cultivar carne. Esto es una verdad a medias, ya que depende del tipo de factores de crecimiento celular que se usen. En el caso del pollo, se pueden conseguir de una pluma.

 

La sala de cultivo con los biorreactores que usa Upside Foods para la producción de su carne cultivada

 

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