La cotización
del pollo en Bellpuig, donde está la lonja de referencia del sector,
ha bajado hasta un 41% en el caso de los pollos blancos, y más de un 41%
para los amarillos.
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La cotización
del pollo en Bellpuig, donde está la lonja de referencia del sector,
ha bajado hasta un 41% en el caso de los pollos blancos, y más de un 41% para los amarillos.
Esto ha hecho que el precio de este ave se sitúe en poco más
de 42 céntimos de euro, y que las pérdidas para los productores
sean de 35 céntimos por kilogramo.
Pese a las advertencias de las
autoridades sanitarias de la inexistencia de peligro de contraer la influenza
aviar por comer pollo, el consumo de este alimento ha descendido casi a la mitad
respecto a la semana pasada.
El gerente de la lonja de Bellpuig, Joan
Vives, ha asegurado que existe una alarma social «que ha generado que el
consumidor haya creído que era mejor dejar de comer pollo».
Vives
se ha mostrado muy crítico con el papel de los medios, «que han hecho
alarmismo de la gripe, que es muy difícil que llegue a Cataluña»,
y ha hecho un llamamiento al sentido común de los consumidores. «Cuando
vean que el pollo no representa ningún peligro, el consumo y la cotización
se recuperarán», ha dicho.
Vives ha añadido que «aquellos
que han ayudado a crear esta situación, deben ayudar ahora a poner las
cosas en su sitio», en clara referencia a la alarma que se ha generado desde
los medios de comunicación.
Para Vives, «era algo que más
tarde o más temprano tenía que ocurrir, después de todo lo
que se ha llegado a decir, el consumidor está despistado y no sabe qué
es lo que puede comer sin peligro».