Los comerciantes minoristas que vendan carne de ave contaminada con salmonella pueden ser penalizados con una multa, según una sentencia dictada por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. El tribunal ha dictaminado que la carne fresca de aves de corral, según la normativa europea, «debe cumplir el criterio microbiológico relativo a la salmonella en todas las fases de distribución, incluida la fase de venta al por menor», según un comunicado.
El fallo resuelve el caso de Ute Reindl, gerente de una sucursal austríaca perteneciente a una empresa dedicada al comercio minorista de alimentos. En 2012, la inspección alimentaria tomó de su establecimiento una muestra de pechuga de pavo fresca al vacío, producida y envasada por una tercera empresa, que estaba contaminada con la bacteria, por lo que era «no apta para el consumo humano».
Las autoridades austríacas iniciaron un procedimiento sancionador contra la señora Reindl por incumplimiento de la normativa alimentaria y le impusieron una multa.
Al oponerse la afectada a su pago, el tribunal correspondiente preguntó a los jueces europeos sobre el alcance de la responsabilidad de los operadores del sector alimentario cuando ejercen sus actividades únicamente en la fase de distribución.
En su sentencia de ahora, el Tribunal de Justicia declara que la carne fresca de aves de corral objeto del Derecho de la Unión debe cumplir el criterio microbiológico relativo a la salmonella en todas las fases de distribución, incluida la de venta al por menor.
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