La industria avícola brasileña puede perder unos 400 millones de
dólares al año si la Unión Europea (UE) pone barreras a las
importaciones de pollo, según advirtieron dirigentes del sector.
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La industria avícola brasileña puede perder unos 400 millones de
dólares al año si la Unión Europea (UE) pone barreras a las
importaciones de pollo, según advirtieron dirigentes del sector.
El presidente de la Asociación
Brasileña de Productores y Exportadores de Pollo
(ABEF, siglas en portugués),
Ricardo Goncalves, dijo que preocupa al sector la aplicación de una norma
de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que permitiría a la
UE aumentar las restricciones a las importaciones de pollo y pavo.
"No hay duda de que se van a producir pérdidas, pero intentaremos
aminorarlas", explicó Goncalves sobre una reunión que mantendrán
el próximo 13 de septiembre representantes europeos y brasileños
en la sede de la OMC, en Ginebra.
Según la ABEF, la UE restringirá a partir de este mes la entrada
de productos avícolas en ese mercado con el argumento de que hay distorsiones
comerciales.
Los productores de Brasil, que, junto con los de Tailandia, serán los más
perjudicados por la medida, consideran que se trata de una postura "hipócrita"
de la UE.
"Por un lado, la UE dice que está a favor del libre comercio, y al
mismo tiempo restringe la entrada de productos brasileños, impidiendo nuestro
crecimiento", manifestó.
Goncalves recalcó que "existe una presión de la industria europea
para intentar proteger sus volúmenes (de producción), mientras que
no hemos visto un posicionamiento claro del gobierno brasileño al respecto".
La ABEF consideró que la aplicación de la ley supondría una
"verdadera muralla proteccionista" y generaría una situación
conflictiva.
"¿Cómo se puede hablar de apertura comercial en la Ronda de
Doha con estas restricciones?", se preguntó Goncalves, quien recordó
que la carne de ave es el tercer producto agroalimentario brasileño más
exportado, detrás de la soja y del azúcar/etanol. "Existe un
choque político entre el discurso y los actos de la Unión Europea,
que van en contra del libre comercio y de la apertura comercial", apuntó.
Actualmente, la cuota de pollo congelado brasileño para el mercado de la
UE es de 7.100 toneladas al año y, en caso de sobrepasar esa cifra, los
exportadores tienen que pagar una tarifa de 1.024 euros por tonelada extra.
En el caso de pechuga salada, pollo procesado y pavo, antes no existían
tarifas si se sobrepasaba la cuota máxima, pero a partir de este mes podría
pagarse un arancel de entre 1.024 y 1.300 euros por tonelada, lo que incrementaría
el precio del kilo de pollo en 1,30 dólares, aproximadamente.
Según la ABEF, la UE importa cerca del 5% del pollo que consume y Brasil
es el mayor suministrador, con unas 350.000 toneladas exportadas al año.

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