La avicultura de carne alternativa es una opción
favorable a la producción de carne de ave tradicional y una salida a la
crisis que atraviesa el sector, según las conclusiones del estudio elaborado
por el Ministerio de Agricultura, y al que ha contribuido en su realización la Real Escuela de Avicultura,con el objetivo de conocer la viabilidad de estas explotaciones.
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Según
explicó la directora general de Ganadería, María Echevarría,
la producción de carne de ave alternativa experimentó un incremento
del siete por ciento en 2004 con respecto al año anterior, con un total
de 88.092 toneladas, aunque destacó el gran tirón de la demanda
y las buenas perspectivas de este tipo de avicultura.
El estudio, que
se ha realizado sobre la base de 2.800 encuestas a productores, transformadores,
comercializadores, consumidores, restauradores y expertos, detalla que es el pollo
con salida libre al gallinero (31% y 27.000 toneladas) el segmento más
demandado, seguido del pollo extensivo en gallinero (28% y 24.500 toneladas),
dentro de la avicultura alternativa.
A continuación figura el pollo
de granja al aire libre (20% y 18.000 toneladas), la codorniz (11% y 9.300 toneladas
), el pato (9% y 8.000 toneladas) y otros (1% y 1.292 toneladas), entre los que
destaca la perdiz (470 toneladas), el avestruz (187 toneladas), el capón
(147 toneladas), la pintada (140 toneladas) y la pularda (56 toneladas).
Por
Comunidades Autónomas, el informe señala que es Galicia, con un
36 por ciento la región que lidera la producción de pollo «alternativo»,
seguido de Cataluña, (21%), País vasco (13%), Navarra (9%), Aragón((%),
Castilla y León (6%), C.Valenciana (3%), Castilla-La Mancha (2%), Andalucía
(1%) y Extremadura.
En cuanto al pato, es Cataluña (28%) la mayoritaria
en este tipo de producción y a continuación se sitúan País
vasco (27%), C.Valenciana 13%), Navarra (12%), otras (8%) y Aragón y Galicia
(6% ambas).
Echevarría aseguró que España sigue siendo
un país netamente importador de este tipo de especies y que la demanda
es creciente, debido a la preocupación, sobre todo, del consumidor por
adquirir productor de calidad y garantizados.
El estudio -señaló-
ha intentado evaluar los costes que supondría para el productor la reconversión
hacia este tipo de explotación y ha concluido que es viable, con mayores
riesgos, pero que es necesario que las distintas partes aúnen esfuerzos
mediante
iniciativas como la cooperativa o la integración vertical.
Las debilidades manifiestas pasan por los mayores costes (que se triplican,
al igual que el precio), las pocas empresas acreditadas para llevar a cabo la
necesaria certificación, el déficit de estructura de procesado y
distribución comercial, heterogeneidad de productos y precios, la escasa
promoción y la competencia desleal