A los tradicionales lechazos y tostones castellanoleoneses les ha salido un
serio competidor en estas fechas navideñas desde que los Príncipes
de Asturias decidieron incluir en su banquete nupcial el capón palentino
de la empresa
Cascajares, que sirve este producto por Internet y garantiza su entrega en
24 horas.
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Los responsables de esta joven sociedad, el gerente Alfonso
Jiménez y su socio vallisoletano Francisco Iglesias, apostaron en 1994
por la cría en semilibertad de este ave que ahora llevarán, casi
volando, pero ya asado, a los hogares que lo demanden a partir del próximo
13 de diciembre.
El teléfono también ha sonado en Cascajares
para realizar los pedidos, según Iglesias, quien detalló que inicialmente
sólo se ha ofrecido una producción limitada de 1.500 capones para
su distribución mediante un servicio de transporte urgente y empaquetados
en «cajas-regalo» refrigeradas.
Para ofrecer este producto,
además de sacrificar y desplumar el capón en su fábrica de
Villamuriel
de Cerrato, Cascajares lo deshuesa, lo rellena de frutos secos y migas dulces
y lo asa al horno, aunque deja a elección del comensal si lo degusta en
frío o en caliente acompañado de compota de manzana, como sugiere
la receta principesca.
La idea de comercializar de esta manera los capones
surgió de la demanda observada entre jóvenes y no tan jóvenes
desacostumbrados a preparar platos especiales y elaborados para estas fechas,
que buscan un producto de calidad para la celebración pero sin que les
suponga pasar toda una tarde en la cocina, explicó Iglesias.
Cuando
en 1994 nació el proyecto Cascajares, apoyado en un sistema de castración
avícola único en España, y en 1998 se inauguró la
planta actual de Villamuriel, los socios no concebían la dimensión
que adquiriría en escasos años esta industria que poco a poco ha
ido incorporando referencias de productos como la perdiz, la codorniz, el pato,
los pichones, el venado, el jabalí y el corzo, entre otros.
Casi
ochenta productos distintos agrupados en las categorías de confitados,
escabechados, aves selectas, aperitivos y primeros platos, rellenos, caza menor
y caza mayor, en los que se ven reflejadas las nuevas tendencias culinarias como
reza uno de los eslóganes de la empresa: «El sabor de una obra de
arte».
Al cierre de 2004 esta industria que emplea a más de
25 personas habrá facturado 2,4 millones de euros, un 41 por ciento más
que en 2003, cuando alcanzaron los 1,7 millones de euros.
Para estos jóvenes
empresarios el futuro más cercano está en otra localidad palentina,
Dueñas, donde prevén levantar el año próximo su nueva
y más moderna factoría que, con una inversión de 1,2 millones
de euros, sustituirá a la actual de Villamuriel de Cerrato, y contribuirá
a la apertura de nuevos mercados, según Iglesias.
La comercialización
de los productos de Cascajares se realiza a través de distribuidores especializados,
fundamentalmente entre los más prestigiosos restaurantes de Cataluña
y Madrid, aunque también han realizado intentos para conseguir que la exportación
gane peso en su cuenta de resultados.
En febrero pasado constituyeron
para tal fin, junto a otras tres pymes dedicadas a la agroalimentación,
el consorcio para la exportación denominado Cylgourmalia, en el que unieron
fuerzas para abordar los mercados alemán, austriaco, francés, italiano
y
británico, fundamentalmente.
La palentina Cascajares, las
leonesas Embutidos Vegarada y Bargidum, y la abulense Yemas de Santa Teresa esperan
resultados de esta aventura empresarial en la que están asesoradas por
la sociedad pública para la exportación de Castilla y León,
EXCAL, que ha llevado este proyecto por diferentes ferias internacionales.