China, país que se prepara para un nuevo aumento de brotes de influenza
aviar con la llegada de la estación fría, todavía tiene puntos
débiles en los mecanismos de prevención de la enfermedad, según
reconoció el viceministro chino de Agricultura, citado por la prensa oficial.
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China, país que se prepara para un nuevo aumento de brotes de influenza
aviar con la llegada de la estación fría, todavía tiene puntos
débiles en los mecanismos de prevención de la enfermedad, según
reconoció el viceministro chino de Agricultura, citado por la prensa oficial.
Tras declararse recientemente dos nuevos brotes en animales domésticos,
el viceministro Yin Chengjie admitió que los preparativos para las épocas
de mayor riesgo están yendo demasiado lento en algunas provincias chinas,
debido a la falta de personal, problemas de presupuesto o un insuficiente número
de vacunas.
Para intentar resolver los problemas, se enviarán inspecciones ministeriales
a zonas rurales de China, que son las más susceptibles de sufrir brotes
de influenza aviar y, a la vez, las que tienen más problemas de financiación
de su sistema sanitario.
China prometió el pasado año, cuando comenzaron a reportarse casos
en humanos en el país, que vacunaría a todos los animales domésticos
(14.000 millones), aunque se ignora si ha cumplido este objetivo.
"Tenemos que reconocer la gravedad de la lucha contra la influenza aviar
y no bajar la guardia", destacó Yin, en una reunión en la que
también participó el jefe de veterinarios del Ministerio, Jia Youling,
uno de los máximos responsables en la lucha contra la enfermedad.
Sin embargo, en recientes encuestas citadas por el diario China Daily, sólo
un 8 % de los chinos preguntados consideraron que la enfermedad era peligrosa
y un problema grave para la salud nacional.
Por ello, China, en colaboración con UNICEF, ha lanzado un programa
de concienciación para grupos con alto riesgo de infección,
incluyendo niños en áreas rurales, granjeros, carniceros y obreros
de fábricas dedicadas al sector de la ganadería aviar.
En China, la influenza aviar en animales obligó en los últimos dos
años al sacrificio de más de 20 millones de aves.
Respecto a los casos en humanos, China ha registrado 21, de los que 14 fueron
mortales (el primero ocurrió en 2003, aunque no se reportó hasta
este año).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) criticó a finales del
pasado año a China por no compartir muestras de los virus recogidas en
el país, aunque en los últimos meses el organismo internacional
ha reconocido que Pekín se muestra más cooperativa.
En los últimos tres años, la influenza aviar ha afectado a 252 personas,
de las que 148 fallecieron, en China, Indonesia, Vietnam, Tailandia, Azerbaiyán,
Camboya, Yibuti, Egipto, Irak y Turquía.
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