Una nueva noticia agroalimentaria ha preocupado a los consumidores americanos. Estados Unidos podría estar planteándose enviar pollo a China para su procesado, esperar que las plantas chinas acaben el proceso y posteriormente permitir de nuevo la entrada en Estados Unidos para su comercialización y consumo. Los consumidores no están de acuerdo con esta propuesta y se han apresurado a firmar una petición en la conocida plataforma Change.org, en la que ya se han apuntado más de 300.000 personas.
En el resumen ofrecido por Change, los impulsores de la petición afirman que Estados Unidos tiene un acuerdo con cuatro empresas chinas para esta idea, en la que, aseguran, no habrá ningún inspector estadounidense para asegurar que el proceso se lleva a cabo con las normas básicas de higiene y seguridad. Pero lo que ha preocupado más a los consumidores norteamericanos es el hecho de que China no está obligada a especificar el origen del producto, así que será imposible discernir entre los pollos procesados en Estados Unidos y los procesados en el gigante asiático.
Se da la circunstancia de que el USDA realizó una auditoría el año pasado en la que concluyó que los mataderos chinos no son equivalentes a los estadounidenses en términos de seguridad alimentaria.
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