EFSA opina sobre el bienestar de las gallinas… y el sector tiembla
Como parte de la Estrategia «de la granja a la mesa» que está implementando la Comisión Europea, ésta solicitó a la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) dictámenes que dotaran de base científica su revisión de la legislación de la UE sobre bienestar animal. La propuesta legislativa de la Comisión en esta materia se espera para el segundo semestre de 2023. En febrero EFSA ha publicado su dictamen científico sobre el bienestar de los pollos de carne y sobre las gallinas ponedoras en las granjas.
Para mejorar la situación de las gallinas ponedoras, la EFSA ha emitido una lista de recomendaciones de difícil digestión para los sectores afectados (en este caso, los de avicultura de puesta y de carne, ya que se incluyen aspectos del bienestar de las gallinas reproductoras).
La primera recomendación es alojar a las gallinas en sistemas sin jaulas. También establecer protocolos de medición de los indicadores de bienestar animal que deban definirse (como las fracturas de quilla o el estado del plumaje) para que en las líneas híbridas comerciales se incentive la mejora genética que permita disponer de estirpes con menores riesgos de lesiones en huesos y piel. Estos indicadores deberían medirse de forma armonizada en la UE y usarse para el seguimiento del bienestar de las granjas europeas.
También debe facilitarse a las aves un material de cama friable (seco, arenoso) y otro de enriquecimiento, para favorecer el comportamiento exploratorio y el confort, y eliminar el recorte de picos, aplicando todas las medidas necesarias para evitar el picaje. Propone además incorporar una veranda cubierta (porche) que permita a las aves decidir qué condiciones de luz, temperatura o tipo de sustrato o cama prefieren, reducir la densidad a cuatro gallinas ponedoras por metro cuadrado para que desplieguen todos sus comportamientos y ofrecer a las pollitas una “criadora oscura” (un área de descanso caliente y oscura que imite las condiciones de una madre gallina).
Para las reproductoras, EFSA destaca la importancia de reducir las agresiones de los machos a las hembras disminuyendo la proporción de machos, colocando paneles de división que permitan a las hembras escapar de los machos y promoviendo la selección de los machos con un comportamiento sexual menos agresivo.
El dictamen está siendo valorado por los sectores, que echan sus cuentas sobre el coste de todos estos requisitos, y por los animalistas, a quienes reafirma en sus demandas de acabar con las jaulas y con los métodos de cría avícola más intensivos.
Aunque la Comisión Europea no incorpore en su propuesta regulatoria todas las recomendaciones de la EFSA, su informe da alas a los animalistas para insistir en sus campañas contra la ganadería, a las que son cada vez más receptivas las instituciones europeas y que terminan afectando especialmente a productores y consumidores.
Aunque la prioridad de los ciudadanos europeos está centrada en las preocupaciones económicas y no tanto en la mejora del bienestar animal, las decisiones que adoptará la UE en el marco de la Estrategia de la Granja a la Mesa se traducirán en cambios de las granjas que requerirán grandes inversiones y aumentarán los costes de producción, al tiempo que se reduce la competitividad de la producción comunitaria y se incrementan los precios de los alimentos en las tiendas. Probablemente tendremos gallinas “más felices”, pero productores y consumidores un poco menos.
María del Mar Fernández Poza
Directora de ASEPRHU
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