En el marco de la revisión de las normas sobre comercialización de alimentos para reducir el volumen de desperdicio en la UE, la EFSA ha sido requerida por la Comisión para evaluar el posible riesgo para la seguridad alimentaria de ampliar las fechas que marca la legislación comunitaria: la fecha límite de venta (fijada en 21 días) y la de consumo preferente (que es de 28 días tras la puesta, como máximo). La fecha límite de venta es el último día que las tiendas tienen para que el huevo esté a la venta; la fecha de consumo preferente es el fin del período en el cual los huevos mantienen su calidad, por ejemplo, su textura y sabor.
La opinión científica de la EFSA sobre los riesgos de salud pública de los huevos concluye que ampliar el tiempo de almacenamiento de los huevos en casa o en las tiendas aumentaría los riesgos de intoxicación alimentaria por salmonella (ver informe de la EFSA). Los expertos se centraron en el riesgo para los consumidores derivado de la Salmonella Enteritidis, la bacteria responsable de causar el mayor número de brotes transmitidos por huevo en la UE.
Según estos datos, si la fecha de venta para consumo de los hogares se extiende de 21 a 28 días para los huevos, el riesgo de infecciones aumenta en un 40% para preparaciones en crudo y un 50% para los huevos ligeramente cocinados, respectivamente. En el peor escenario, con una fecha de venta máxima de 42 días y de consumo preferente de 70 días, el riesgo es tres veces mayor que el actual tanto en huevos crudos como ligeramente cocidos.
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