Cerca del 20 % de las razas de animales de granja se encuentra en peligro de extinción,
con una raza que desaparece al mes, según ha informado la FAO
.
De entre más de las 7 600 razas registradas en la base de datos de la FAO
sobre recursos genéticos de animales domésticos, 190 se han extinguido
en los últimos 15 años y otras 1.500 se consideran al borde de la
extinción.
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Cerca del 20 % de las razas de animales de granja se encuentra en peligro de extinción,
con una raza que desaparece al mes, según ha informado la FAO
.
De entre más de las 7 600 razas registradas en la base de datos de la FAO
sobre recursos genéticos de animales domésticos, 190 se han extinguido
en los últimos 15 años y otras 1.500 se consideran al borde de la
extinción.
Unas 60 razas de vacas, cabras, cerdos, caballos y aves de corral se han perdido
en los últimos cinco años, según un informe que está
siendo examinado esta semana en una reunión en la sede de la FAO.
Más de 150 expertos de 90 países debaten sobre las acciones que
deben tomarse para detener la pérdida de esta diversidad genética
animal en el mundo.
El informe Estado de los recursos zoogenéticos del mundo es la primera
evaluación global que se hace sobre este patrimonio genético y la
capacidad de los países de gestionarlo de forma sostenible.
Con datos procedentes de 169 países, ofrece un panorama completo de la
situación actual y destaca la importancia del sector ganadero dentro de
la agricultura.
El informe final se hará público con motivo de la primera Conferencia
técnica internacional sobre Recursos Genéticos Animales, que tendrá
lugar en Interlaken (Suiza) en septiembre de 2007.
Está previsto que en esta reunión se adopte un plan de acción
mundial para detener la pérdida de los recursos genéticos animales
y, a la vez, mejorar su desarrollo, conservación y uso sostenible.
La ganadería contribuye a la subsistencia de 1.000 millones de personas
en el mundo, y cerca del 70 % de los pobres rurales dependen en gran medida de
ella. La actividad pecuaria supone cerca del 30 % del producto interior bruto
agrícola en los países en desarrollo, y se espera que este porcentaje
se aproxime al 40 % en 2030.
La globalización del mercado ganadero es la mayor amenaza para la diversidad
genética animal, según la FAO.
Los sistemas tradicionales de producción requieren animales destinados
a diversos usos, de los que se obtienen diferentes bienes y servicios (fuerza
de tiro, transporte, cuero, estiércol, etc.).
La agricultura moderna ha optimizado sus características productivas y
ha desarrollado razas altamente especializadas, con lo cual se ha multiplicado
la producción, pero, a la vez, se necesita un gran aporte de insumos.
Tan sólo 14 de una treintena de especies de mamíferos y aves domésticas
proporcionan el 90 % de los alimentos de origen animal que consumen los humanos.
"Cinco especies (vaca, oveja, cabra, cerdo y gallina) proporcionan la mayor
parte de los alimentos", explica Irene Hoffmann, jefe del Servicio de Producción
Animal de la FAO.
"La selección de las variedades más productivas tiende a menospreciar
las características genéticas de funcionalidad y de adaptación.
Este proceso lleva a un deterioro de la base genética que afecta tanto
a las razas de mayor demanda comercial como al resto, y hay especies que son descartadas
en respuesta a las demandas del mercado", añade.
Pero el patrimonio zoogenético contiene recursos muy valiosos para el futuro
de la seguridad alimentaria y del desarrollo agrícola, en particular en
ambientes áridos y hostiles.
"Mantener la diversidad genética de los animales permitirá
a las futuras generaciones seleccionar las razas o desarrollar nuevas para hacer
frente a situaciones de emergencia, como el cambio climático, las enfermedades
o los cambios en los factores socioeconómicos", aseguró José
Esquinas-Alcázar, secretario de la Comisión de Recursos Genéticos
para la Alimentación y la Agricultura.
Debido a la interdependencia existente entre países en materia de recursos
zoogenéticos, es necesario facilitar un intercambio continuo de este patrimonio
y su desarrollo, eliminando barreras innecesarias y garantizando que los beneficios
lleguen a campesinos, pastores, genetistas, consumidores, y a la sociedad en su
conjunto", añade Esquinas.
Esquinas asegura que "la conferencia de Interlaken del año próximo
será una oportunidad histórica para formular una estrategia común
para hacer frente a la actual erosión de los recursos zoogenéticos,
y poder garantizar la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible".
FAO