Según infomación procedente de la Real
Escuela de Avicultura, el consumo de carne de pavo se multiplicó por
cinco en los últimos diez años en España, al pasar de un
consumo per cápita de 0,6 kilos en el año 1995 a alrededor de 3
kilos en la actualidad.
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La carne de pavo ya dejó de ser un alimento
que sólo se consume en Navidad para convertirse en un producto con mayor
presencia en el menú diario de las familias españolas, aunque todavía
no logra compararse al alto consumo que registra la carne de pollo, con un consumo
de unos 20 kilos per cápita.
El incremento de la demanda de carne
de pavo obedece a la amplia gama de productos que desarrolla la industria dedicada
a esta actividad, ya que no sólo se concentra en el tradicional pavo entero,
sino también en el troceado, el deshuesado y fileteado, así como
en las preparaciones listas para cocinar.
No obstante, en comparación
con la Unión Europea el consumo de carne de pavo en España es aún
muy bajo, ya que Francia, el Reino Unido y Alemania registran un consumo per cápita
que supera los 6 kilos.
España registra actualmente una producción
anual de carne de pavo de 100.000 toneladas aproximadamente, de las cuales 15.000
son exportadas a los países de la Unión Europea, en tanto que importa
otras 40.000 toneladas para abastecer la demanda nacional.
Por otro lado,
otra carne de ave que está creciendo es la del pollo campero, con un consumo
per cápita de 1,3 kilos, que hoy registra una producción anual de
unas 52.000 toneladas, superior a la producción que registró a fines
de la década pasada y que osciló entre 30.000 y 45.000 toneladas.
La época de consumo de este ave de corral se extiende a lo largo de
todo el año, un producto que paulatinamente va encontrando mayores adeptos
por su sabor peculiar que se debe a su alimentación, compuesta principalmente
por maíz.