Los humanos se parecen más a los pollos que a los ratones en cierto sentido. A esta sorprendente conclusión han llegado unos investigadores del
Roslin Institute
de Edimburgo (Reino Unido) tras hacer un estudio comparativo de características generales de los genomas del hombre, del ratón y del pollo. Este tipo de análisis de los mapas de los genes proporciona una nueva perspectiva sobre la evolución de los vertebrados.

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En los últimos tiempos se están completando muy rápidamente los genomas (conjuntos de los genes) de diferentes organismos. Además de algunos virus y bacterias, se han terminado los genomas de la levadura (Saccharomyces cerevisiae), del gusano corriente de laboratorio (Caenorhabditis elegans) y de la mosca del vinagre (Drosophila melanogaster). En menos de un año, tal vez a principios del verano del 2000, el genoma humano estará esencialmente completo, al menos en forma de borrador. Y están ya hechos los croquis de las características a gran escala de muchos más genomas, aunque no están todavía las secuencias exactas del ADN en ellos.

De esta avalancha de información debería emerger una forma completamente nueva de abordar la evolución. Mediante la comparación de las características principales de los genomas de diferentes especies, en lugar del lento análisis gen por gen, los investigadores lograrán tener un conocimiento más profundo que hasta ahora de la historia de los seres humanos y de otros organismos. Tal es el enfoque de David W.Burt y sus colegas del
Roslin Institute
, el mismo en que se creó la famosa oveja clónica Dolly. «La comparación de la localización en los cromosomas de genes homólogos -que realizan la misma función- en diferentes especies es una herramienta poderosa para estudiar la evolución del genoma, afirman estos científicos.

Burt y su equipo explican hoy en la revista
Nature
que han estudiado esquemas de los genomas del hombre, del ratón y del pollo en los que están ya localizadas grandes cantidades de genes, aunque no se han sacado todavía los detalles concretos de cada gen. Es como comparar planos de calles o fotografías aéreas de diferentes ciudades en lugar de recorrer cada calle a pie tomando nota del color de cada portal.

Ancestro reptiliano

Esta estrategia permite a los científicos examinar las posiciones relativas de genes en los cromosomas en diferentes organismos y ver cómo grupos enteros de genes han sido intercambiados entre los cromosomas durante la evolución. Resulta que el patrón general del orden de los genes en el genoma humano es similar al del pollo, lo cual nos retrotrae a nuestro común ancestro reptiliano hace más de 300 millones de años. El genoma del ratón, sin embargo, ha sufrido aproximadamente el doble de reorganizaciones que el genoma humano. Aquí hay que destacar dos puntos.

El primero es que los genomas de los pájaros contienen menos elementos repetitivos -o ADN basura, como se denomina al material genético que parece no servir para nada- que los genomas de los mamíferos. La presencia de ADN basura hace que sean más probables los cambios, como la inversión o el desplazamiento de toda una región de un cromosoma. ¿Por qué, entonces, no
tienen los humanos, que son mamíferos, una evolución más rápida del genoma?¿Por qué nos adelantan los ratones y nos quedamos a la altura de los pollos?
La respuesta está en la segunda observación: la mayoría de las mutaciones se produce durante la reproducción. El ratón, como todos los roedores, se reproduce mucho más rápidamente y más frecuentemente que los humanos, dando a las mutaciones muchas más oportunidades de actuar. Los investigadores esperan que estudios como éste permitan conocer el pasado genómico y, tal vez, reconstruir el genoma ancestral de los vertebrados.

El País, Nature News Service [25-Nov-99] Etiquetas:

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