Enfoques pluridisciplinarios para alcanzar los objetivos de «una sola salud»

INTRODUCCIÓN

“One Health” es un enfoque colaborativo y polidisciplinario que actúa a nivel local y global con el objetivo de lograr una salud óptima para los animales, las personas y el medio ambiente. “One Health” se ha vuelto más importante en los últimos años porque muchas interacciones entre animales, personas y el medio ambiente han cambiado.

 

La población humana está creciendo y expandiéndose a nuevas áreas geográficas. Por lo tanto, hay más oportunidades para el contacto cercano entre las aves, el ganado, los animales silvestres, las mascotas y las personas, lo que brinda más oportunidades para que las enfermedades pasen entre los animales y las personas. El aumento de la población humana y las economías en crecimiento generan la necesidad y el deseo de más alimentos de origen animal en la dieta humana. Se están produciendo cambios en el clima y el uso de la tierra, incluida la expansión de las prácticas agrícolas intensivas y el establecimiento de la producción animal en nuevas áreas, lo que puede aumentar la huella ambiental de la producción animal.

Las interrupciones en las condiciones ambientales y los hábitats también pueden proporcionar nuevas oportunidades para que las enfermedades pasen a los animales domésticos y potencialmente a los seres humanos.

Para satisfacer las preferencias de los consumidores en algunas regiones, las aves se crían en entornos más extensos que pueden permitir una mayor exposición a las aves silvestres. El movimiento de personas, animales y productos de origen animal ha aumentado debido a los viajes entre países y al comercio mundial y, por lo tanto, las enfermedades pueden propagarse rápidamente por todo el mundo.

LOS TEMAS IMPORTANTES DE “ONE HEALTH” INCLUYEN ENFERMEDADES ZOONÓTICAS, RESISTENCIA A LOS ANTIMICROBIANOS, SEGURIDAD ALIMENTARIA, ENFERMEDADES TRANSMITIDAS POR VECTORES, LA HUELLA AMBIENTAL Y OTROS RETOS DE SALUD COMPARTIDOS POR LAS PERSONAS, LOS ANIMALES Y EL MEDIO AMBIENTE.

 

HUELLA AMBIENTAL DE LAS AVES DOMÉSTICAS

La sostenibilidad a largo plazo de la producción avícola es crucial y consta de muchas facetas diferentes, además de la sostenibilidad económica, ambiental y social. Broom (2018) propone una definición muy amplia de insostenibilidad como «cualquier efecto que el público en general considere inaceptable hace que un sistema sea insostenible, por ejemplo, un uso ineficiente de los recursos mundiales, unos efectos adversos en la salud humana, unos impactos negativos en el bienestar animal, unos efectos ambientales dañinos, una modificación genética inaceptable, no ser «comercio justo» o un daño a las comunidades rurales».

Como animales terrestres productores de alimentos más eficientes, las aves domésticas proporcionan a los seres humanos proteínas y micronutrientes económicos y de alta calidad con menos impacto en el medio ambiente. Su pequeño tamaño los hace susceptibles de ser criadas en muchos entornos. Dos análisis de cambios a largo plazo en los sectores del huevo y del broiler demuestran la forma en que la producción avícola ha reducido su huella ambiental en varias de las últimas décadas.

Pelletier y col. (2014) han realizado una evaluación del ciclo de vida de la huella ambiental de la producción de huevos en los Estados Unidos, comparando 2010 con 1960, lo que ha revelado un gran progreso por parte de este sector en la misma durante ese período: con una producción de huevos un 30% más alta en 2010 que en 1960, la huella fue:

  • 63 % menores emisiones de gases de efecto invernadero,
  • 54 % menores emisiones acidificantes,
  • 65 % menores emisiones eutrofizantes y
  • 13 % menor demanda general de energía.

De estas reducciones en la huella ambiental, el 28-42% se estimó como debido a la mejora del rendimiento de las aves, el 30-44% a los cambios en la composición del pienso y el 27-30% al resto, como la mejora de la eficiencia en el transporte, el suministro de energía, la producción de fertilizantes y la producción de piensos. Los tres factores principales que influyen en el impacto ambiental se identificaron como la eficiencia del pienso, la composición del mismo y la gestión de las deyecciones. Estos factores, por lo tanto, son objetivos de alto interés para la mejora continua en la reducción de la huella ambiental.

Para determinar el efecto de la selección genética en la eficiencia, el crecimiento y el rendimiento de los broilers, Zuidhof y col. (2014) compararon el rendimiento de dos tipos genéticos de pollos para carne que no fueron seleccionadas desde 1957 y 1978, con otra genética comercial de 2005, la Ross 308. La selección genética durante el período de casi 50 años dio como resultado unas aves con un aumento del 400% en el crecimiento y una reducción del 50% en el índice relación de conversión, al mismo tiempo que una disminución de la proporción de grasa abdominal y un considerable aumento de los músculos pectorales mayores y menores.

El resultado combinado de estos cambios fue una reducción de la mitad del pienso necesario para producir carne de pollo, contribuyendo así a un sector sustancialmente más eficiente y una menor huella ambiental por unidad de alimentos producidos para el ser humano.

Los animales, incluidas las aves, pueden afectar directamente el medio ambiente circundante, incluida la calidad de las cuencas hidrográficas. Esto puede ocurrir por la escorrentía de aves criadas en pastizales o por la aplicación de estiércol de operaciones a gran escala en tierras agrícolas. El exceso de nutrientes, especialmente el fósforo y los microorganismos pueden contaminar las fuentes de agua dulce e impactar el agua utilizada para la bebida y otros usos y, por lo tanto, deben gestionarse adecuadamente (Rothrock y col. 2019).

 

 

ENFERMEDADES ZOONÓTICAS

Las enfermedades zoonóticas son aquellas compartidas entre animales y los seres humanos. Se estima que:

  • causan 2.500 millones de casos humanos de enfermedades y 2,7 millones de muertes anuales en el mundo,
  • que más del 60% de las enfermedades infecciosas conocidas en los seres humanos se adquieren potencialmente de animales y
  • que el 75% de las enfermedades infecciosas nuevas o emergentes en los seres humanos provienen de animales.

Las enfermedades transmitidas por vectores están aumentando debido a las temperaturas más cálidas y la expansión de los hábitats para mosquitos y garrapatas. Las aves proporcionan alimentos nutritivos para los seres humanos, aunque, tal como cualquier animal, pueden albergar una variedad de microorganismos, incluidos patógenos de seguridad alimentaria como Campylobacter spp., Salmonella spp. y Clostridium perfringens.

A

unque los procedimientos adecuados de preparación de los alimentos eliminan estos patógenos, se estima que un millón de personas enferman anualmente en EE.UU. por comer aves contaminadas (CDC, 2022). Las enfermedades transmitidas por los alimentos son problemas de salud importantes tanto en los países desarrollados como en los que están en vías desarrollo, con una carga mucho mayor en estos, por tener menos acceso a unas instalaciones adecuadas de almacenamiento, higiene y preparación de alimentos y, potencialmente, un contacto más cercano entre los humanos y animales (Abebe y col. 2020).

La información sobre las fuentes prevalentes de patógenos indica las estrategias de control efectivas para reducir la transmisión de los productos avícolas a los seres humanos. Por ejemplo, la identificación de los huevos como fuente de un gran número de casos de salmonelosis en Dinamarca fue seguida por estudios de referencia de la Unión Europea sobre gallinas y luego por la implementación de programas de control en los sistemas de producción que se tradujeron en una reducción sustancial de Salmonella spp. en las granjas de puesta (Boqvist y col. 2018). Esto demuestra el enfoque holístico de “One Health” de identificar un problema, recopilar los datos relevantes, comunicarse de manera efectiva y hacer políticas adecuadas para modificar las prácticas y, por lo tanto, reducir con éxito las zoonosis.

La influenza aviar (IA) es un ejemplo del concepto central de “One Health” de interrelación del medio ambiente, los animales y los seres humanos. Los virus de la IA se encuentran entre los más preocupantes que afectan a la salud humana y animal, en este último caso a una amplia variedad de especies, incluido el reservorio original de las aves acuáticas silvestres y las aves domésticas, así como muchas especies de mamíferos, evolucionando y adaptándose a nuevos huéspedes de especies y exhibiendo una alta frecuencia de transmisión entre ellas (Short y col. 2015).

Los subtipos H5 y H7 del virus de la IA de baja patogenicidad (LPAI) pueden evolucionar a una IA de alta patogenicidad (HPAI) en aves terrestres en las que los virus causan una infección sistémica y mortal. La HPAI evolucionada puede volver a cruzar las barreras de las especies y transmitirse a otras especies de aves y mamíferos, incluidos los humanos.

La aparición de la influenza aviar H5N1 y H7N9 en China ocurrió en el momento de la intensificación de la producción avícola en áreas con agricultura de humedales y un hábitat de aves acuáticas silvestres, brindando una oportunidad para una exposición extensa al reservorio de estas últimas a los virus. (Gilbert y col. 2017). Los mercados de aves vivas apoyaron la propagación y persistencia de la IA aviar, así como la exposición humana.

Sin embargo, la aparición de la IAAP también se ha producido en países con altos estándares de bioseguridad, pero generalmente también en áreas de una producción avícola intensiva. Las aves acuáticas silvestres suelen ser portadoras asintomáticas del virus de la IA y, por lo tanto, pueden distribuirlo ampliamente durante su extensa migración. La prevención del contacto entre unas aves y otras y la transmisión del virus de las acuáticas silvestres a las fuentes de agua y las instalaciones utilizadas por las aves domésticas reducirá el riesgo de propagar el virus (Elmberg y col. 2015).

DEBIDO A LA COMPLEJIDAD DE LAS MEDIDAS DE CONTROL, INCLUIDA LA VACUNACIÓN CONTRA LA GRIPE HUMANA, EL EQUIPO DE PROTECCIÓN PERSONAL, EL MANEJO DE LAS DEYECCIONES Y LAS PRÁCTICAS DE BIOSEGURIDAD, SE NECESITA UN ENFOQUE MÚLTIPLE PARA REDUCIR LA TRANSMISIÓN DE LA IA A LAS AVES Y LOS HUMANOS (MOORE Y COL. 2021).

 

RESISTENCIA A LOS ANTIMICROBIANOS (AMR)

Un problema importante dentro de “One Health” es el desarrollo y la propagación de microbios resistentes a los antibióticos. Si una población microbiana está expuesta a antimicrobianos en su organismo huésped o su entorno, la porción susceptible de la misma muere y el pequeño porcentaje que es genéticamente resistente se expande.

En la producción animal los antimicrobianos se utilizan terapéuticamente para tratar individualmente a los animales enfermos. Sin embargo, para mayor eficiencia, a menudo se administran como profilaxis a través del agua o el pienso a grupos enteros de aves (a animales sanos en riesgo de infección), o bien como metafilaxis (a animales sanos en el mismo grupo que los animales enfermos) (Collignon y Ewen, 2019).

Las bacterias ambientales, al ser los organismos más abundantes, sirven como fuentes de genes AMR que pueden incorporarse a patógenos de personas y animales. Este es un fenómeno natural. Sin embargo, se acelera al depositar microbios con genes AMR en el medio ambiente a partir de desechos de aves, otros animales y humanos y residuos de antibióticos de la industria farmacéutica y hospitales y granjas intensivas (Robinson y col. 2016).

Los patógenos resistentes a los antimicrobianos pueden propagarse rápidamente a través de las poblaciones animales y humanas y el medio ambiente, lo que dificulta el tratamiento de futuras infecciones en animales y personas.

Se necesita una investigación y una acción multidisciplinaria basada en la salud para detener el aumento de la AMR (White y Hughes, 2019) que, para tener éxito, debe ser sensible al papel que desempeñan las aves y otras especies de animales como fuentes de alimentos en los medios de vida de todo el mundo.

 

CONCLUSIONES

Lograr los objetivos de “One Health” de mantener y mejorar la salud de los animales, las personas y su entorno depende del trabajo colaborativo de unos equipos que representen disciplinas diversas y complementarias, incluidas la nutrición, la fisiología, la genética, la medicina veterinaria y humana, las ciencias ambientales, la ingeniería agrícola, las comunicaciones y muchas más. Además, se necesita la participación de los responsables de la formulación de políticas, la legislación y el público. Debido a que las especies avícolas son altamente eficientes en la producción de alimentos, pueden desempeñar un papel importante en la seguridad alimentaria mundial y también en el apoyo a «One Health».

 

 

SUSAN LAMONT
XXVI Congreso Mundial de Avicultura. París, agosto 2022

 

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