Enriquecimiento ambiental de las gallinas durante la recría en relación con su desarrollo conductual y fisiológico (I)

RESUMEN

A nivel mundial, los sistemas de producción de las gallinas ponedoras son un foco de preocupación en torno al bienestar animal. Recientemente, los impactos del entorno de la cría y recría han atraído la atención, especialmente por la tendencia hacia unos tipos de producción más complejos, como son los aviarios, las jaulas enriquecidas y los sistemas en el suelo o con salida al exterior.

En esta revisión el «enriquecimiento» se define como cualquier adición al entorno del ave en su recría, incluyendo los impactos en el desarrollo visual y el neuroconductual, así como la estimulación auditiva, el desarrollo esquelético y la función inmune de las pollitas destinadas a sistemas al aire libre.

El enriquecimiento visual y la estimulación auditiva pueden mejorar el desarrollo neuronal, pero los mecanismos específicos de impacto y los enriquecimientos comerciales adecuados aún necesitan aclaración. Estos enriquecimientos pueden preparar a las aves para unos tipos específicos de alojamientos de adultas, en jaulas, en el interior o no. Pero también se necesitan enriquecimientos estructurales para optimizar el desarrollo esquelético en dependencia del sistema utilizado en la puesta, aunque los procesos fisiológicos específicos de diferentes tipos de ejercicio son poco conocidos.

Estimular el comportamiento apropiado de picaje desde el nacimiento es fundamental, pero los productores deberán adaptarse a las diferentes preferencias de las manadas para proporcionar los enriquecimientos adecuados para ser utilizados. Los sistemas de crianza complejos pueden tener múltiples beneficios, incluida la reducción del miedo, para mejorar la transición a la instalación de puesta.

 

 

INTRODUCCIÓN

Los sistemas de producción de las gallinas son un tema de preocupación en cuanto a su bienestar. Las jaulas convencionales pueden, por ejemplo, restringir la expresión conductual y aumentar los riesgos de empeoramiento esquelético), mientras que los sistemas no de jaulas (en aviarios, el suelo o al aire libre), denominados colectivamente «alternativos» pueden aumentar el picaje, la incidencia de lesiones esqueléticas y la mortalidad. Por lo tanto, muchas investigaciones se han centrado en cómo se comportan las aves en diferentes sistemas de alojamiento y qué modificaciones en su diseño y su manejo en la crianza se pueden hacer para mejorar el bienestar de las gallinas ya que los estrés experimentados durante este período puede tener impactos negativos a corto y a largo plazo.

La importancia de optimizar los períodos de crianza para las aves en sistemas de alojamiento alternativos ha destacado que lo mejor es hacer coincidir el tipo de alojamiento en ellos con el que se va a utilizar en la puesta, haciendo las modificaciones necesarias durante aquella para preparar mejor a las aves para una producción óptima.

El enriquecimiento ambiental es un método potencial para mejorar el desarrollo de las aves. Una definición frecuentemente utilizada de enriquecimiento es la de Newberry (1995), como

«mejora en el funcionamiento biológico de los animales cautivos como resultado de modificaciones en su entorno».

Los enriquecimientos deben tener un impacto al aumentar el rendimiento del comportamiento natural, reducir la incidencia de comportamientos anormales y perjudiciales, reducir los estados emocionales negativos, y mejorar la salud física y el uso de los recursos ambientales proporcionados.

En la producción avícola comercial los enriquecimientos también deben ser económica y prácticamente viables, lo que significa no tener un impacto adversos sobre las aves, no aumentar las lesiones, no significar un riesgo para la higiene, no reducir el consumo de pienso y ayudar a mantener unos altos niveles de producción. Algunos tipos de enriquecimientos para las ponedoras pueden considerarse como una necesidad básica, como la yacija, los aseladeros y los nidales, ausentes en las jaulas convencionales, por lo que incluso podrían considerarse como tales en la producción.

Newberry (1995) también destacó la importancia de las experiencias durante los períodos de crianza, donde las modificaciones de ciertos caracteres del comportamiento pueden ser más difíciles, y los enriquecimientos menos relevantes si se aplican después, cuando pueden desarrollarse y madurar. Del mismo modo, es probable que los beneficios fisiológicos, como la mejora musculoesquelética, sean mayores cuando se aplican modificaciones ambientales durante el crecimiento y el desarrollo físico.

La gallina ponedora actual es descendiente del ave roja de la jungla y aunque el proceso de domesticación la ha diferenciado moderna de sus ancestros, su biología básica y su comportamiento siguen siendo similares. Desde el punto de vista del comportamiento, las necesidades, prioridades y preferencias de la gallina moderna son posarse, anidar, forrajear y bañarse en el polvo, aunque el tiempo dedicado a algunos de ellos por las estirpes comerciales, como el forrajeo, es diferente a lo observado en las poblaciones de aves selváticas.

En relación con los comportamientos perjudiciales, como es el picaje de plumas y el canibalismo en los sistemas de alojamiento alternativos, se ha sugerido que los ambientes actuales no satisfacen las necesidades de las aves.

De la misma forma, los altos niveles de lesiones, como la fractura del esternón, sugieren que la gallina moderna no es físicamente adecuada para un alojamiento estructuralmente complejo, o que el entorno artificial no está diseñado adecuadamente en función de sus habilidades locomotoras y de vuelo y que su crianza actual es potencialmente inadecuada para los mismos.

Actualmente, las pollitas se crían en muy variados tipos de alojamientos, como son las jaulas convencionales, las enriquecidas, los aviarios y los sistemas en el suelo, con acceso al exterior o no, además de que, en el interior, el uso de yacija, de un foso con listones y de aseladeros se presta a diferentes configuraciones. Por lo general, las pollitas recién nacidas se llevan desde la planta de incubación a la granja de recría, y luego, a unas 16 semanas de edad, a un tipo similar de alojamiento de puesta, aunque esto último no siempre es posible. Además, hay sistemas de crianza comercialmente complejos, diseñados para estimular el movimiento y las habilidades locomotoras de las pollitas y, por lo tanto, mejorar su fuerza muscular y ósea al tener diferentes alturas, aunque el coste de los mismos puede restringir su empleo.

En la Unión Europea, a partir de la prohibición de las jaulas convencionales desde el año 2012 los productores han ido eliminando gradualmente las jaulas enriquecidas para satisfacer las demandas de los consumidores por unos de huevos percibidos como más amigables con el bienestar. A consecuencia de ello ha habido un uso creciente de unos sistemas alternativos de crianza y de puesta que permiten y requieren de las aves un mayor esfuerzo físico y / o capacidades de comportamiento que en las jaulas convencionales.

  • Por tanto, el bienestar animal es clave tanto para la calidad de vida de las aves como para su salud y productividad y los enriquecimientos durante la crianza ofrecen el potencial de mejorar su desarrollo para adaptarse a sistemas alternativos.

Algunos estándares de bienestar actuales requieren la adopción de algunos enriquecimientos en torno a los aseladeros, la yacija y el acceso al suelo y muchos productores ya pueden implementar aquellos que se cree que son beneficiosos para las aves. Sin embargo, es necesaria una evaluación crítica de los enriquecimientos probados en la bibliografía y la identificación de las brechas en el conocimiento para futuras investigaciones en cuanto a un impacto cuantificable en el comportamiento y la salud de las aves.

Esta revisión amplía otro estudio reciente de Janczak y Riber (2015) que detalla los efectos de algunos enriquecimientos al centrarse en el desarrollo sensorial, físico y conductual de las pollitas de puesta y cómo los enriquecimientos pueden impactar en estas áreas de la biología. Los enriquecimientos se clasifican como cualquier modificación ambiental que tenga un impacto demostrable en las aves, incluyendo los aseladeros, los juguetes, los muebles y los sistemas de cría alternativos más complejos.

 

DESARROLLO VISUAL

Las gallinas son animales de presa y, por lo tanto, la visión es un sentido crítico necesario para un movimiento óptimo dentro de los sistemas de alojamiento comercial. Tienen una excelente visión del color, incluido el espectro ultravioleta, aunque con una percepción de la profundidad limitada y de los objetos en movimiento más fácilmente que los estacionarios. Sus capacidades visuales se extienden más allá de las de los humanos con una visión más detallada de sus habilidades y preferencias.

Las condiciones de iluminación durante la crianza juegan un papel clave para el desarrollo visual. La luz tenue, los fotoperíodos continuos muy cortos o muy largos pueden obstaculizar la capacidad de los pollitos para enfocar y una baja iluminancia también puede causar miopía, mientras que una alta intensidad está muy relacionada con el desarrollo de picaje.

El uso de otros estímulos visuales durante la crianza para estimular el desarrollo neuronal y las capacidades visuales adultas está menos estudiado. Los pollitos tienen una atracción innata por objetos o estímulos que se mueven en un movimiento biológico, al igual que en la vida real o en una pantalla. En pollitos jóvenes, la exposición a objetos que cambian espontáneamente de velocidad aumenta la actividad neuronal en comparación con los que tienen una velocidad constante.

Por lo tanto, la estimulación visual durante la crianza de las pollitas probablemente tenga consecuencias para el desarrollo neuronal, pero se debe determinar su implementación factible dentro de los sistemas comerciales.

Las aves pueden percibir imágenes de video, como alimentos, congéneres, depredadores e imágenes en movimiento frente a imágenes estáticas. De recién nacidos, los pollitos picotean objetos similares a insectos en una pantalla de video, y alteran su comportamiento cuando se les muestran sus congéneres alimentándose de un plato de comida específico o un estímulo similar a un depredador. Los pollitos también son capaces de reconocer a sus congéneres en video acercándose a la imagen de la pantalla. Las imágenes de video atraen la atención de los pollitos durante períodos de varios días, con preferencia por una novedad leve a otra moderada y con una discriminación óptima de las imágenes a una distancia de 5 a 25 cm, pero no más allá de 120 cm. Las imágenes de video podrían ser adecuadas como enriquecimiento ambiental para mejorar el bienestar y reducir un comportamiento perjudicial, pero esto aún no se ha validado a escala comercial.

  • En general, la investigación sobre la aplicación comercial del enriquecimiento visual es limitada. Los objetos visuales tendrían que ser accesibles muy cerca de las aves, y probablemente se preferirían las imágenes en movimiento a las estáticas. El alcance para el empleo de aves robóticas en la crianza está aumentando y representa una oportunidad fascinante para la investigación sobre el comportamiento.

El uso de colores y patrones estimulantes, relativamente simples de implementar en las instalaciones comerciales y cualquier impacto posterior en las habilidades visuales y el desarrollo neuronal justifican una mayor investigación.

La estimulación visual durante la cría puede ser particularmente beneficiosa para las aves destinadas a un acceso al aire libre y también está inextricablemente vinculada al desarrollo neuroconductual.

 

DESARROLLO NEUROCONDUCTUAL

Se está acumulando evidencia científica de que las aves domésticas tienen una capacidad cognitiva mucho mayor de lo que se suponía anteriormente al haberse demostrado una inteligencia cognitiva, social y emocional a la par con muchas otras especies de aves o mamíferos.

En términos evolutivos, esto ya podía esperarse pues los ancestros de las aves selváticas viven en ambientes espacialmente complejos, con territorios establecidos y jerarquías sociales. Y es probable que los entornos con sistemas de cría simples, como son los gallineros con yacija o las jaulas, no sean cognitivamente estimulantes o lo bastante complejos espacialmente para que las pollitas se puedan adaptar para moverse en ellos al igual que en los aviarios o al aire libre.

La evidencia reciente muestra que las aves que se posan lejos de las trampillas de salida al exterior tienen menos probabilidades de acceder al parque durante el día. Esto podría indicar que estas aves carecen de habilidades cognitivas espaciales que les ayuden a moverse en diferentes áreas en el interior y el exterior, o que requieren otras mayores debido a su ubicación dentro del gallinero. Esto está respaldado por estudios que muestran que el uso del parque se relaciona con el rendimiento individual en tareas espaciales. Además, el movimiento en niveles elevados requiere habilidades espaciales bien desarrolladas, adquiridas durante la experiencia inicial de la cría con aseladeros.

  • El enriquecimiento ambiental puede mejorar el desarrollo neuronal de los animales. Por ejemplo, el alojamiento al aire libre, con provisión semanal de paja desde 16 a 48 semanas de edad aumentó la lateralización del hipocampo en gallinas adultas, en comparación con el convencional en jaulas o en el suelo y slats.

Las diferencias neurológicas detectadas en relación con el alojamiento fueron pequeñas, pero el cerebro de las gallinas adultas permaneció susceptible a las condiciones circundantes.

Las primeras 3 semanas de vida son críticas para el desarrollo hemisférico en las gallinas, por lo que la crianza y la provisión de enriquecimientos tienen el potencial de impactos neurofisiológicos a largo plazo.

Los entornos de cría espacialmente complejos también pueden mejorar la aptitud general de los adultos como se encuentra en otras especies de aves. Solo unos pocos estudios a largo plazo en gallinas ponedoras han analizado los impactos de los entornos de cría en el rendimiento cognitivo posterior y la plasticidad cerebral, particularmente en entornos comerciales. Las aves criadas en un aviario en comparación con las criadas de jaulas convencionales mejoraron el rendimiento y la memoria espaciales a corto plazo como adultas. Esto indica que la complejidad ambiental de la vida temprana puede tener efectos duraderos en las habilidades espaciales posteriores.

En general, las gallinas tienen una capacidad cognitiva demostrada mayor de lo que a menudo se acepta, pero las condiciones actuales de crianza pueden no ser propicias para que el desarrollo neuronal alcance la capacidad natural. Esto justificaría realizar estudios controlados para evaluar los impactos de la complejidad espacial ambiental temprana en la posterior adaptación a un alojamiento al aire libre o en un aviario.

(Continuará)

 

 

D.L.M. CAMPBELL Y COL.
Poultry Sci., 98: 9-28. 2019

 

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