eforzar la vigilancia
ante los brotes de influenza aviar y poner en marcha sistemas de respuesta rápida
en los países en desarrollo serán las claves para acelerar la fabricación
de vacunas si estallara una pandemia de gripe entre humanos, según expertos
de diversos organismos internacionales.
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«Cada día cuenta para
evitar la propagación del virus», dijo el coordinador del Programa
de Lucha contra la Gripe de la Organización
Mundial de la Salud (OMS), Klaus Stohr, a los delegados gubernamentales reunidos
en la sede de ese organismo en Ginebra.
Delegados oficiales, representantes
de compañías farmacéuticas y científicos se reúnen
hoy por segundo día a iniciativa de la OMS para acordar una estrategia
contra la influenza aviar que evite que ésta se convierta en una epidemia
que alcance a las personas.
Stohr explicó que cuanto antes se lance
la alerta ante un brote epidémico, menor será el tiempo necesario
para que las vacunas estén disponibles, pues para iniciar su producción
los laboratorios deberán esperar una muestra de la cepa del virus pandémico.
Grupos farmacéuticos de todo el mundo han señalado recientemente
que fabricar una vacuna contra el
mortal virus H5N1 puede llevar varios meses y que si la pandemia se declarase
inmediatamente, las empresas del sector no estarían preparadas para atender
la demanda.
A ese respecto, la subdirectora general de la OMS, Margaret
Chan, reiteró que las vacunas habituales para la gripe común (de
invierno) «no ofrecen protección alguna contra la cepa H5N1»,
que es la que ha logrado transmitirse al ser humano en el sudeste asiático
y se teme pueda propagarse al resto de regiones.
«Si un brote se
detectara rápidamente podríamos ganar días y hasta semanas»
para la elaboración de la vacuna, insistió Stohr. Por su parte,
el director general de Salud Pública del Ministerio de Sanidad español,
Manuel Oñorde, destacó la propuesta presentada en la reunión
de no sólo detener los brotes de influenza aviar allí donde aparezcan,
sino también los que afecten a las personas.
Stohr indicó
que la capacidad actual de fabricación de vacunas en caso de una pandemia
es de 300 millones de dosis, pero consideró que esta cifra podría
hasta triplicarse. «Los ensayos clínicos en curso muestran la posibilidad
de que podría producirse hasta 900 millones de dosis en 8 meses»,
indicó el representante de la OMS.
Por su parte, el jefe del Servicio
de Salud Animal de la
FAO, Joseph Domenech, pidió al auditorio tener muy en cuenta que «el
control de la enfermedad en las aves evitaría una pandemia» entre
humanos.
«Con la globalización las enfermedades pueden llegar
a regiones muy distintas y que se encontraban antes libres del virus», agregó.
Pidió «trabajar más a fondo» en la mejora de los sistemas
de alerta temprana y que se brinde apoyo a los países en desarrollo que
no
cuentan con recursos para poner en marcha por sí solos todas las medidas
de prevención recomendadas. Por su parte, el representante de la OIE, Bernard
Vallat, dijo que es necesario «reducir la circulación de la enfermedad
entre los pájaros y aves de corral para reducir así la presión
del virus y, por consiguiente, el riesgo de pandemia».
Vallat subrayó
que la prioridad es que todos los países, sin excepción, puedan
detectar tempranamente los distintos focos infecciosos y que la información
se transmita sin demora y con total transparencia.
Se estima que una vez
que el virus se ha detectado sólo se necesitan 48 horas para que se propague.
Explicó que en esos casos una respuesta rápida consiste en aislar
el virus, controlar el movimiento de la población afectada y proceder al
sacrificio de las aves conforme a los métodos dictados por la OIE.
La vacunación es una medida suplementaria, señaló Vallat,
quien dijo que la idea planteada sobre la creación de un fondo mundial
para luchar contra la gripe aviar, sólo puede ser efectiva si se crean
estructuras similares a nivel regional.
Ello permitiría reforzar
las capacidades de los países en desarrollo y crear los fondos de compensación
necesarios para los sectores afectados por la influenza aviar, particularmente
la industria y los pequeños productores avícolas.