La Comisión
Europea (CE) ha aprobado los límites máximos de dioxinas y policlorobifenilos
(PCB) permitidos en alimentos y piensos, con lo que se refuerzan las medidas actuales
para evitar los problemas de salud que pueden causar esas sustancias, informaron
fuentes comunitarias.
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Bruselas ha fijado índices máximos
de la suma de dioxinas y de PCB de tipo dioxina, que pueden permitirse en los
alimentos, que
entrarán en vigor a partir de noviembre de 2006; los
productos que sobrepasen esos niveles no podrán ser vendidos en la Unión
Europea (UE).
La regulación aprobada por la CE completa las
normas que la Unión aplica desde 2002, sobre los límites de dioxinas
autorizados en alimentos de origen animal y en piensos. Sin embargo, hasta hoy
no había reglas para poner topes a los PCB de la clase dioxina en los alimentos,
porque en 2002 no existían datos científicos suficientes, según
las mismas fuentes.
El comisario europeo de Sanidad, Markos Kyprianou,
manifestó, en un comunicado, que con los nuevos límites, la CE «avanza
para proteger al consumidor europeo de los efectos nocivos, a largo plazo por
la ingesta de dioxinas o PCB».
Estas sustancias químicas
tóxicas, que se originan en procesos químicos y de combustión,
pueden tener consecuencias graves para la salud, tales como efectos cancerígenos,
perturbación endocrina, cutánea, afectar a la reproducción
y problemas en el sistema inmunológico, informó la CE.
Se
pueden encontrar en leche, huevos, pollo o en productos pesqueros, entre otros.
Los PCB aromáticos se detectan en materiales plásticos, lubricantes
o de construcción u otros productos industriales.
Las empresas
del sector alimentario son responsables de garantizar que se respeten los índices
fijados por las normas comunitarias, mientras que los Gobiernos nacionales deben
controlar que se cumplen, según el portavoz comunitario de Sanidad, Philip
Tod, en rueda de prensa.
La CE revisará, con el fin de reducirlos,
los límites máximos de dioxinas antes del 31 de diciembre de 2008.
Asimismo, está previsto que la CE apruebe el próximo lunes recomendaciones
para establecer «umbrales de intervención», es decir un índice
de las citadas sustancias tóxicas, inferiores a los límites pero
que sirven de alerta a las autoridades nacionales para controlar los alimentos
y los piensos.
Bruselas propone que, una vez identificados esos umbrales,
se tomen medidas para reducir o eliminar el origen de las dioxinas, con el fin
de que la exposición humana a esas sustancias tóxicas sea inferior
a una dosis semanal recomendada.
El portavoz comunitario manifestó
que las medidas aprobadas hoy no tienen que ver con el bloqueo, producido esta
semana, de granjas en Alemania, Bélgica y Holanda.
Tod explicó
que las autoridades de estos países continúan las investigaciones
para asegurar que no llegan a los consumidores
alimentos de origen animal.
Asimismo, las autoridades belgas han desbloqueado esta semana parte de las 423
granjas que estaban bloqueadas, ante la sospecha de contaminación por dioxinas
en grasas animales destinadas a piensos;
en Alemania, se han desbloqueado las
siete explotaciones que estaban paralizadas por este motivo, según el portavoz.
Por otro lado, se han localizado en Fráncfort (Alemania) 485 kilos
de pollo congelado de Bélgica exportado a Alemania, sospechosos de contaminación
por dioxinas, que se están analizando y no ha llegado al mercado
En
estos momentos, se están verificando los envíos para comprobar si
tienen exceso de dioxinas, según el portavoz.