La importancia de un hígado sano
El estado hepático es extremadamente importante para una excelente producción de huevos ya que la yema de éste es producida por el hígado. Un hígado sano está relacionado con una alta capacidad de producción de huevos. El hígado está involucrado en la activación de la vitamina D3 y, por lo tanto, afecta al metabolismo del calcio y a la calidad de la cáscara.
En este artículo sobre la importancia de un hígado sano nos gustaría explicar los factores predisponentes de un estado graso y cómo evitar que las aves lo desarrollen.
EL HÍGADO ES UN ÓRGANO CLAVE
El hígado es un órgano grande e importante, que tiene funciones esenciales en la utilización de los nutrientes al estar involucrado en el metabolismo de grasas, las proteínas y los carbohidratos. Además, puede almacenar varias vitaminas liposolubles, como son las A, D, E y K, varias otras hidrosolubles (B1, B2 y B12) y algunos minerales (Fe y Cu).
- Además de esto, el hígado también está involucrado en la activación de la vitamina D3 para estimular la absorción de calcio para la formación de cáscara del huevo y es importante para convertir las toxinas en productos de desecho solubles en agua que pueden excretarse a través de los riñones.
El hígado puede convertir la glucosa en glucógeno y triglicéridos, que se almacenan como energía durante los niveles más altos de glucosa en sangre y puede descomponer el glucógeno para ser utilizado como glucosa cuando hay unos niveles bajos de ésta en la sangre. El hígado también puede convertir las grasas y los aminoácidos en glucosa.
La proteína catabolizante requiere bastante energía y, por lo tanto, origina un mayor incremento de calor en comparación con el uso de grasas o carbohidratos para obtener energía. La grasa se digiere en ácidos grasos y se absorbe en los intestinos, entrando directamente en el sistema sanguíneo la mayoría de los ácidos grasos y, en consecuencia, llegando al hígado para que éste los pueda almacenar o metabolizar.
- La síntesis de grasa para las lipoproteínas de la yema es un proceso importante en el hígado. Cuando la síntesis de grasa es más rápida que su movilización comienza la acumulación de lípidos en el hígado y si esto ocurre durante mucho tiempo, se denomina esteatosis hepática, o mejor conocido como “hígado graso”.
- La gravedad de un hígado graso aumenta a medida que las gallinas envejecen, al producirse más yema y, por lo tanto, más masa de huevo. A la edad de 100 semanas, una gallina ponedora es capaz de producir más de 30 kg de masa de huevo. ¡Esto equivale a más de 17 veces su propio peso corporal!
HÍGADO GRASO
El estado de esteatosis hepática, o hígado graso refleja la acumulación de lípidos en el hígado. En consecuencia, las células hepáticas se van reduciendo en eficiencia, e incluso podrían ser destruidas y reemplazadas por tejido conectivo. Es un trastorno metabólico no infeccioso, que origina una ruptura hepática, hemorragia, reducción de la producción de huevos, empeoramiento de la conversión alimenticia, reducción de la calidad de la cáscara, hemorragia interna y mayores niveles de mortalidad.
- Los hígados grasos se ven a menudo en gallinas ponedoras alimentadas con dietas de puesta desequilibradas en energía y proteínas. El exceso de ingesta de energía en el mismo, junto con una actividad limitada contribuye al desarrollo de hígados grasos.
FIG 1. Un hígado sano (izquierda) comparado con un hígado graso (derecha)
CALIDAD DE LA CÁSCARA E HÍGADO GRASO
Como se ha mencionado, el hígado tiene varias funciones importantes. Una de esas funciones es activar la vitamina D3 (Colecalciferol) en 25-hidroxi-vitamina D (25-OH-D3 o Calcidiol), la cual se transfiere en los riñones para el último paso de activación hacia la 1,25 dihidroxi-vitamina D (1,25-(OH)2D3 o calcitriol.
- El metabolito de la vitamina D3 calcitriol estimula la absorción de calcio para la formación de cáscara del huevo. Las gallinas ponedoras que tienen un hígado graso a menudo producen unos huevos con las cáscaras de una calidad más pobre.
FACTORES PREDISPONENTES DE UN HÍGADO GRASO
El hígado graso es una enfermedad causada por numerosos factores que afectan a la utilización de la grasa del hígado. El principal factor predisponente es un balance energético positivo de las aves. El balance energético se ve afectado por el medio ambiente, las hormonas y los factores nutricionales de las aves.
EL MEDIO AMBIENTE
El medio ambiente, como el tipo de alojamiento y las condiciones de éste, afectan al requerimiento de energía y, por lo tanto, al equilibrio energético de las aves. Las gallinas ponedoras pueden desarrollar un hígado graso en todo tipo de sistemas de alojamiento, pero las explotadas en sistemas de alojamiento alternativos son más activas y, por lo tanto, tienen menos probabilidades de desarrollar un hígado graso, en comparación con las mantenidas en baterías.
- La alta temperatura ambiental, como en períodos de verano, reduce el requerimiento de energía para el mantenimiento de las aves, debido a una menor actividad y una menor necesidad de producir calor para mantener el calor corporal. Además, el estrés por calor afecta el metabolismo de la grasa. Con un requerimiento de energía reducido, es más probable un balance energético positivo y, por lo tanto, las aves que se alojan en condiciones de temperatura ambiental más altas tienen una mayor probabilidad de desarrollar un hígado graso.
HORMONAS
Un hígado graso se ve a menudo en las gallinas y no tanto en los gallos. Este es el resultado de los niveles más altos de estrógeno presentes en las gallinas. El estrógeno se produce en los ovarios activos y, por lo tanto, el nivel plasmático comienza a aumentar desde unas pocas semanas antes de la primera puesta.
- Una de las funciones del estrógeno es estimular la síntesis de grasa en el hígado para la producción de la yema de huevo. Tan pronto como el estrógeno aumenta el contenido de grasa en el hígado también lo hace y, en consecuencia, la acumulación de grasa es mayor en las gallinas ponedoras con una alta producción de huevos.
- Por lo tanto, el principal riesgo es para las ponedoras cerca de su producción máxima. Debido a su papel vital en la producción de huevos, un hígado sano es extremadamente importante para mantener la producción de huevos de primera calidad durante un ciclo de puesta prolongado.
El estrés puede ser causado por la temperatura, por una vacunación o por el manejo. El estrés aumenta los niveles plasmáticos de corticosteroides en la sangre, lo que parece estimular la síntesis de ácidos grasos. En consecuencia, origina la acumulación de grasa en diferentes tejidos, como el hígado.
FACTORES NUTRICIONALES
Una dieta bien equilibrada y una correcta ingesta de pienso son factores clave para prevenir un hígado graso. El factor principal es un exceso de ingesta de energía, que es el mayor riesgo hacia el final de la puesta ya que la producción de huevos disminuye, pero la ingesta de pienso sigue siendo la misma.
La presencia de micotoxinas, que pueden inducir la acumulación de grasa y lesiones hepáticas, también se encuentran entre los factores nutricionales que influyen en la aparición de hígados grasos.
INGESTA EXCESIVA DE ENERGÍA
Una excesiva ingesta de energía puede ser causada por un alto nivel de la misma en el pienso, una alta ingesta de alimento o un desequilibrio de energía y proteína. La dieta proporcionada a las gallinas ponedoras debe estar en equilibrio con las necesidades energéticas para cubrir el mantenimiento y la producción de huevos.
El exceso de energía consumida es sintetizado por el hígado y almacenado como tejido adiposo, o grasa corporal. Con un exceso en el consumo de energía, hay más grasa presente.
- Como resultado, se necesita sintetizar más grasa y la síntesis total de grasa ocupará más tiempo, lo que originará una acumulación de grasa en el hígado.
EQUILIBRIO ENERGÉTICO-PROTEICO
Un desequilibrio entre la proteína y la energía origina un aumento de la presión sobre el metabolismo de las proteínas, los carbohidratos y las grasas en el hígado y, en consecuencia, aumenta el riesgo de un hígado graso. Se ha demostrado que no solo el equilibrio entre proteínas y energía, sino también el que hay con los niveles de aminoácidos afectan al transporte de ácidos grasos que tienen un impacto directo en la aparición de un hígado graso.
- Por tanto, como es vital mantener a las aves productivas y saludables, siempre hay que alimentar a las manadas de acuerdo con la masa diaria de huevos producida.
SÍNTOMAS DE UN HÍGADO GRASO
Los signos de unas gallinas afectadas por un hígado graso son un mayor peso corporal, mortalidad repentina y / o caída en la producción de huevos y crestas pálidas.
- Durante la necropsia se puede observar un hígado agrandado, pálido y friable, en combinación con una capa gruesa de grasa.
- Tan pronto como se observan signos clínicos, es señal de que las aves han estado acumulando grasa durante mucho tiempo y ya no pueden compensar el mal funcionamiento del hígado, lo que explica la caída en su producción.
PREVENCIÓN DEL HÍGADO GRASO
La gestión de la energía es extremadamente importante, ya que las gallinas ponedoras deben recibir la suficiente para tener unos resultados de producción óptimos. El control regular del peso corporal y la ingesta de pienso es la clave, ya que el factor principal en el desarrollo de un hígado graso es un equilibrio energético positivo. El seguimiento correcto de la manada ayuda a hacer cambios en la dieta o en el manejo del mismo a tiempo.
El riesgo de un consumo excesivo de pienso y, por lo tanto, de energía, es mayor cuando las aves se alimentan con granulados o migajas y, por lo tanto, se recomienda hacerlo con raciones en harina.
Aunque puede sonar contradictorio, proporcionar grasa en lugar de carbohidratos, manteniendo el mismo nivel de energía, reduce el riesgo de desarrollar unos hígados grasos.
- Esto es independiente del nivel de energía de la dieta, pero esta estrategia de alimentación tiene su efecto sobre el metabolismo de las grasas del hígado.
- Cuando los ácidos grasos se forman a partir de carbohidratos, se llama síntesis de ácidos grasos “de novo”.
- Esos ácidos grasos recién sintetizados se pueden convertir después en lípidos. Los ácidos grasos derivados de la grasa solo necesitan ser reorganizados en su perfil de ácidos grasos, lo que reduce el estrés del metabolismo de las grasas en el hígado.
La digestión de las grasas origina un menos estrés en el hígado en comparación con la de los carbohidratos. Reemplazar parte de los carbohidratos por grasa, aunque no aumente el nivel de energía, ayuda a prevenir un hígado graso.
Las dietas deben contener suficientes cantidades de factores lipotrópicos, como colina, metionina y vitamina B12.
Los nutrientes lipotrópicos estimulan la exportación de grasa del hígado y, en consecuencia, pueden apoyar la recuperación del hígado graso. La colina dietética fluctúa en nivel y biodisponibilidad entre las diferentes materias primas.
- Se recomiendan 500 ppm de la misma durante el período de crianza y 1000 ppm durante el de producción.
Unos niveles suficientes de antioxidantes, como la vitamina E y el selenio, previenen la rancidez oxidativa del hígado graso y, en consecuencia, el daño celular.
- Durante el período de producción huevera se recomienda una alimentación con 0,3 ppm de selenio y 50 ppm de vitamina E.
CONCLUSIONES
Un hígado sano es clave para mantener la producción de huevos de primera calidad durante un ciclo de puesta prolongado. Un hígado graso originará una menor producción de yema y, en consecuencia, menos huevos y menor masa de estos.
- Además, la activación de la vitamina D3 se ve afectada, lo que afecta al metabolismo del calcio y, en consecuencia, a la calidad de la cáscara huevo y, por lo tanto, al número de huevos de primera calidad.
- Para evitar que las gallinas ponedoras desarrollen un hígado graso hay que asegurarse de controlar adecuadamente su peso corporal y la ingesta de pienso y proporcionar una dieta bien equilibrada que incluya suficientes factores lipotrópicos.
ESTELLA LEENTFAAR
Hendrix Genetics Layers
Etiquetas: #SA769 • hígado