La lluvia caída durante todo el fin de semana
y la amenaza de la influenza, que ha obligado a prohibir la exhibición
de aves exóticas, ha deslucido la edición de este año de
la Feria
de la Perdiz de Vilanova de Meià que se celebra en esa localidad leridana.
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La muestra, conocida también con el nombre de Feria de Sant Martí,
se remonta a 1395, cuando las mujeres del municipio recogían los huevos
de perdiz roja en las estribaciones del macizo del Montsec y los vendían
para la repoblación de áreas privadas de caza
de Cataluña
y Baleares.
El tradicional mercado de la Feria de la Perdiz se ha visto
deslucido por la prohibición de que se expusieran aves de corral y exóticas,
como medida de precaución ante la amenaza de la gripe aviar, y por el temporal
del fin de semana, que no ha impedido que visitaran el certamen un millar de personas,
frente a las 10.000 del año anterior.
Además, a esta edición
han acudido sólo seis criadores de perdices de las comarcas de Lleida,
mientras que el año pasado se contabilizaron hasta 55 participantes, ha
explicado Ramon Mayench, presidente de la Federación Provincial de Caza
de Lleida.
Joan Serra, el alcalde de Vilanova, que ha celebrado la lluvia
caída porque "augura un futuro prometedor para el campo", ha
anunciado que "está muy avanzado" el proyecto de construcción
de un pabellón de 1.400 metros cuadrados que acogería a los feriantes.
También el secretario general del departamento de Agricultura, Josep
Pau, se ha mostrado satisfecho por las lluvias caídas, lo que, a su juicio,
"hace prever que las cosechas de cereales saldrán del invierno bien
sazonadas. Ahora bien, creo que la gran preocupación ahora es que se acumulen
las nieves necesarias para que los embalses estén con reservas suficientes
a la salida del invierno", ha añadido Josep Pau.