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Los ornitólogos han valorado la decisión del Gobierno de considerar
"zonas de riesgo" de gripe aviar dieciocho humedales, pero han insistido
en que la posibilidad de que esta enfermedad sea transportada a España
por aves migratorias es "muy remota".
Así lo expresó el director de la Sociedad
Española de Ornitología, Alejandro Sánchez, quien observó
que se trata en todos los casos de humedales situados en la cornisa mediterránea
y en el sur peninsular.
Alejandro Sánchez explicó que ningún ave llega a España
tras una migración desde el sudeste asiático, ya que se trata
de rutas migratorias diferentes (la occidental y la oriental) que no están
conectadas ente sí. Observó que el riesgo "hipotético"
reside en la posibilidad de una conexión de aves que llegan a España
procedentes de países europeos en los que ya se ha detectado la enfermedad
(Croacia, Rusia o Rumanía), aunque aseguró que el número
de aves procedentes de ese espacio geográfico es "mínimo".
Alejandro Sánchez precisó que los cisnes muertos en Croacia por
gripe aviar "no son migradores" y que todas todos los análisis
realizados a aves silvestres encontradas muertas en España durante los
últimos días han sido negativos.
Apuntó que los riesgos se concretan en los tres grupos de aves en los
que la Organización Mundial de la Salud ha pedido que se centre la observación:
las anátidas (patos y gansos), las linícolas (como las garzas
o las garcillas) y las gaviotas, e insistió en que el número de
éstas que se mueven entre España y el Este de Europa es muy bajo.
El director de la SEO valoró todas las medidas que se adopten para prevenir
la entrada y propagación de esta enfermedad, pero insistió también
en no "alarmar" de una forma "infundada" a la población.
Esta organización ha advertido
además que las respuestas "precipitadas" a la gripe aviar (como
la posibilidad de sacrificios masivos de aves silvestres), basadas en datos
"incompletos o poco sólidos" podrían hacer mucho daño
a las aves y a la biodiversidad en general.
Considera además la SEO que medidas como esa incrementarían la
alarma sobre el riesgo que supone el virus para la gente y para la industria
aviar.
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