En Gaza ya no sólo se trafica con armas, cemento o cigarrillos. Ahora se usan los numerosos túneles subterráneos clandestinos que conectan a Egipto y la bloqueada Franja de Gaza, en territorio palestino para enviar pollo frito de KFC (antes Kentucky Fried Chicken). según Foreign Policy, el pollo frito de esa cadena de comida rápida comienza el trayecto por carretera, a través de un taxi. Después, tras cruzar una frontera internacional, prosigue por un escurridizo túnel de contrabando hasta llegar a su destino en otro taxi. Todo el viaje está coordinado por Khalil al-Ifranti, un joven empresario de una pequeña tienda. La entrega demora alrededor de tres a cuatro horas, pero la alta demanda lo han hecho un negocio lucrativo y poco importa que las patatas fritas estén apelmazadas y el pollo ya no esté crujiente.
Un cubo de 12 piezas cuesta 35 dólares, más del doble de lo que costaría al otro lado de la frontera con Egipto. Sin embargo, hay quien está dispuesto a pagarlo: en la Franja, donde viven 1.7 millones de palestinos, no hay franquicias de comida rápida. Ese tipo de comida se ha convertido en la última tendencia en el contrabando en Gaza, que permanece bloqueada por Israel desde 2007.
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