La agencia de noticias rusa Interfax ha informado recientemente que Rusia estaba planteándose restringir la entrada de productos cárnicos procedentes de España, una mala noticia para las más de 700 empresas productoras que exportan a este país europeo -614 de ellas garantizadas por los servicios veterinarios de España-. La excusa ha sido que buena parte de los productos españoles de origen animal no cumplían los requisitos del mercado ruso, concretamente el 62%. Los inspectores han encontrado productos que no tienen la información exigida por la Unión Aduanera y carecen de un análisis para certificar que cumplen con los estándares exigidos.
El ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, salió al frente de esta medida asegurando que es totalmente «exagerada», pero no ha sido el único en hacer declaraciones al respecto. Para la Organización Interprofesional de Avicultura de Carne de Pollo –PROPOLLO-, el cierre de fronteras rusas a carnes congeladas españolas como el pollo responde a una medida “proteccionista” para revalorizar sus producciones internas y potenciar su industria alimentaria antes de dar un paso más y abordar la exportación, eliminada su dependencia del exterior. Aseguran que las autoridades rusas ponen trabas en el comercio para asegurar con ello un precio interno alto y por tanto beneficios y rentabilidad a su propia industria para seguir creciendo. A su juicio, este país aboga por asegurar unas medidas en el mercado interior que permitan que producir pollo en Rusia sea rentable y su industria pueda invertir en él para su crecimiento.
Han precisado que, con una demanda interna “importantísima” de millones de ciudadanos y con materia prima cerealística abundante -Rusia está considerada uno de los graneros del mundo, alimento imprescindible para asegurar una ganadería intensiva eficiente-, en el país se dan las condiciones de cubrir su abastecimiento e, incluso, exportar. “En tres o cuatro años estarán en condiciones de exportar pollo a la Unión Europea (UE)”, han avanzado. Rusia compra carne de pollo congelada desde España, aunque no son cantidades importantes respecto a otros destinos, y sí es un gran comprador de huevos para incubar -que no se han nombrado por las autoridades de ese país como afectadas por las restricciones-, ya que adquiere varios millones cada año.
Consultar más datos sobre la noticia en medios rusos.
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