Todos comunicamos
La extensión de norma de INPROVO está ya en funcionamiento y su principal objetivo es la promoción del huevo y los ovoproductos y la mejora de la imagen y la reputación del sector.
La multiplicidad de medios de comunicación (cada vez más de ellos digitales), de redes sociales y de programas de mensajería tipo WhatsApp, como canales de información para un creciente número de consumidores hace muy difícil captar su atención y hacerles llegar los mensajes que deseamos transmitir. Por eso los titulares de las noticias (especialmente en medios en línea) son cada vez más llamativos, escandalosos o engañosos. A menudo no hay tanto interés en conocer la realidad (en nuestro caso, la de los productores de huevos y de sus granjas y gallinas o cómo llegan los huevos al consumidor) como en descubrir situaciones de maltrato animal, contaminación, enfermedades, fraudes o algún otro desastre que genere curiosidad o preocupación. Y que dan un montón de “clicks” que suponen publicidad y dinero.
Definitivamente, el miedo es un gancho para llamar la atención. Por eso abundan las noticias con títulos como “Los diez alimentos que no deberías comer”, “Lo que no te cuentan de…” o “Los errores que cometes al…”. Y atraen a la mayoría de lectores, aunque a estas alturas sepamos que detrás hay más anuncios que información veraz.
Precisamente por la avidez de “noticias bomba” de los medios, y porque hoy cualquiera que lleve un móvil con cámara es periodista en potencia, debemos ser muy cuidadosos con lo que hacemos y cómo lo hacemos. Porque el dinero mejor invertido en comunicación es el que evita una crisis de reputación que cuestione a todo un sector.
Es obvio decir que nuestra imagen está en nuestro envase y en el huevo que llega a la mesa. Pero también hablan de nosotros el vendedor de la tienda, el transportista, el responsable de llenar las cajas de huevos en el centro de embalaje y el granjero que cuida las gallinas. Todos son portavoces y caras visibles de nuestra empresa en su entorno. Algunos a favor (y son los mejores agentes publicitarios) y otros que denigran al sector, la empresa o la granja. Sea realidad o no su mensaje, son fuentes creíbles.
No demos razones a los animalistas en busca de imágenes morbosas, a empleados que graban lo que no se puede o debe hacer, ni al boicoteador. Es preferible no tener que salir a desmentir, corregir o pedir disculpas por algo que no debió haber pasado, porque contrarresta el esfuerzo colectivo en promoción y daña nuestra credibilidad. Tenemos que aprovechar todo el potencial de las campañas de INPROVO. Todos comunicamos, en cada momento. Y somos responsables de lo que transmitimos sobre nosotros como sector, nuestras empresas y productos. Es nuestro poder y una gran oportunidad. Hay que aprovecharla.
María del Mar Fernández Poza
Directora de ASEPRHU
Etiquetas: -INPROVO • comunicación en avicultura
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