Transporte de los pollitos (I)
INTRODUCCIÓN
Tradicionalmente, los pollitos para carne y las pollitas de puesta eclosionan en las plantas de incubación después de haber pasado en las incubadoras unos 21 días, con los 18 primeros en una máquina y los 3 últimos en otra (la “nacedora”). El tiempo de eclosión (la «ventana de eclosión»), puede estar entre 24 y 48 h, dependiendo de la edad de los reproductores, el manejo y el tiempo de almacenaje de los huevos y las condiciones de incubación, lo que puede originar una diferencia de edad entre los pollitos en el mismo lote de un día o más.
Cuando nacen, los pollitos se someten a un período de espera, generalmente sin acceso al pienso y al agua, antes de ser transportados a las granjas. Sin embargo, en algunos sistemas de crianza alternativos (por ejemplo, el “Patio”), los huevos en incubación se llevan a la granja y eclosionan allí, lo que hace que los pollitos recién nacidos no son transportados.
El actual Reglamento de transporte de la UE (CE 1/2005) no establece un tiempo máximo de viaje para el transporte de los pollitos, pero exige que dispongan de alimentos y agua, salvo en el caso de un viaje de menos de 24 h para pollitos de todas las especies, siempre que se complete dentro de las 72 h después de la eclosión.
Es importante reconocer la naturaleza única del transporte de los pollitos recién nacidos pues no se transporta ninguna otra especie en el período postnatal inmediato. Esto puede realizarse gracias a que los pollitos llevan el vitelo, una reserva de nutrientes, que comprende alrededor del 18% de su peso y es una fuente que proporciona energía y proteína para su mantenimiento y el crecimiento. Sin embargo, los pollitos para carne se han seleccionado, en parte, para unos niveles metabólicos anormalmente altos, por lo que el vitelo puede ser nutricionalmente insuficiente para estos fines pues aunque su absorción debería permitirles sobrevivir al menos un corto tiempo, ello es un reto importante.
ETAPAS DEL TRANSPORTE
El transporte de pollitos consta de cinco pasos.
- La preparación, con la planificación del viaje y la evaluación de la aptitud para el mismo.
- La carga de los pollitos en sus cajas y la carga de estas en un vehículo.
- El viaje en sí, con el traslado en un vehículo hasta llegar al destino.
- La llegada a la granja de destino, con la descarga de las cajas.
- La descarga de los pollitos de las cajas.
PREPARACIÓN DE LOS POLLITOS PARA EL TRANSPORTE POR CARRETERA
Después de la eclosión, los pollitos se toman de las bandejas de nacimientos y se separan de las cáscaras de los huevos y otros restos, se separan los de “segunda”, se vacunan, a veces se sexan, se cuentan y se introducen en sus cajas de transporte, todo ello en un período de 2 a 4 h, aunque en algunos casos también pueden ser sometidos a un recorte de picos o de los dedos en el mismo lugar. Todo ello generalmente se realiza mediante sistemas automatizados sobre cintas transportadoras de alta velocidad que transportan a los pollitos a través de la planta de incubación, habiéndose demostrado que en general es estresante y puede tener consecuencias a largo plazo en el comportamiento y la reactividad al estrés.
La planificación del transporte, incluida la decisión sobre la capacidad de las cajas y la determinación de la duración del viaje y el número de paradas, es parte de la etapa de preparación del transporte.
Tradicionalmente, los pollitos no reciben comida ni agua desde la eclosión hasta que llegan a la granja, aunque se puede proporcionar un gel acuoso en algún transporte largo (por ejemplo, en el transporte aéreo) y para los pollitos de codorniz.
Las principales condiciones que hacen que los pollitos no sean aptos para el transporte son una mala calidad de los mismos, una Incapacidad para estar de pie, fracturas de piernas y alas y luxaciones.
La puntuación de Pasgar se puede utilizar para determinar la calidad de los pollitos sobre la base de 5 criterios: el estado del ombligo (negro o abierto), un gran tamaño del saco vitelino residual, unos tarsos rojos o hinchados, un pico anormal (rojo o con las fosas nasales contaminadas con albumen) y un bajo estado de alerta.
Tona y col. (2003) publicaron otro sistema para evaluar la calidad de los pollitos, con la principal diferencia con la puntuación de Pasgar siendo la adición del estado ocular, del plumaje, las patas y del ombligo. De acuerdo con el mismo, los pollitos podrían no ser aptos para el transporte cuando están sucios y húmedos, muestran un vientre hinchado y duro, los ojos cerrados, unas patas infectadas y un ombligo no cerrado y decolorado.
LA CARGA DE POLLITOS
Se emplean cajas de transporte, de plástico o desechables con un tamaño estándar de 60 × 40 × 12 cm, para 90 pollitos en circunstancias normales, lo que representa un espacio de 26,7 cm2 por pollito., aunque los faisanes y perdices recién nacidos se manipulan y se colocan en unas cajas menores. Pero en todo caso las densidades se pueden ajustar de acuerdo con las condiciones climáticas.
El embalaje de los pollitos suele ser automático, a través de una cinta transportadora que los coloca en las cajas.
Luego, apiladas en carros, dejando espacio entre ellas para la ventilación y se colocan en una sala de espera con la temperatura generalmente controlada hasta la carga en un vehículo.
EL TRANSPORTE POR CARRETERA
Los vehículos utilizados para el transporte de pollitos suelen estar equipados con aire acondicionado, así como sensores de temperatura, humedad y gas para el control ambiental dentro de ellos.
Una vez cargados en el vehículo, las cajas con los pollitos pueden ser transportadas directamente a la granja, donde son descargados, o pueden someterse a diferentes paradas para el reparto a otras granjas, dependiendo del tipo de producción y del número de animales a entregar.
Según Lambrecht y col. (2020) el transporte de pollitos en Bélgica dura en promedio 1,5 h, pero puede durar hasta 11 h y el empleo de un solo vehículo para diferentes granjas significa que los destinados a la última granja de la ruta experimentan el tiempo de viaje más largo. (Este trabajo fue publicado en dos partes, en los números de julio y agosto de 2022 de SELECCIONES AVÍCOLAS).
Fig. 1. Caja de plástico utilizada para el transporte de pollitos (Malcolm Mitchell)
LLEGADA Y DESCARGA DE LOS POLLITOS
A su llegada, los pollitos generalmente se descargan sin demora. De hecho, en caso de entrega parcial, el vehículo tiene que continuar el viaje; por lo tanto, las cajas que deben permanecer en la granja se descargan lo antes posible en cada parada.
No se ha realizado ninguna investigación sobre el manejo de los pollitos a su llegada, cuando pueden ser suavemente inclinados o retirados manualmente de las cajas de transporte. Su manejo puede tener efecto en el bienestar, al igual que la forma en que está preparada la nave, con su temperatura y el acceso al pienso y al agua, lo que tendrá un efecto en el bienestar y la salud de los pollos .
Sin embargo, en un intento de identificación de las consecuencias más relevantes del transporte para el bienestar de los pollitos en cada etapa del mismo se han detectado el estrés del manejo, la sobreestimulación sensorial, la tensión del movimiento, el estrés por calor o por frío y el hambre o la sed prolongados. Todas ellas empeoran con un aumento de la duración del viaje. Las principales causas de pérdidas en el tránsito y la mortalidad y morbilidad posteriores al transporte son la deshidratación y la desnutrición (Xin y Lee, 1997).
EL ESTRÉS DEL MANEJO
El estrés del manejo de los pollitos se refiere sus afectos negativos, como el dolor y / o el miedo a consecuencia del trato humano o mecánico que han tenido desde su nacimiento hasta que se descargan de las cajas en la granja.
En primer lugar, está el proveniente de su retirada de la nacedora hasta el momento en que son introducidos en las cajas de envío, lo que generalmente se realiza mediante sistemas automatizados sobre rodillos y cintas transportadoras de alta velocidad. No se sabe de ningún impacto de los procesos de incubación en el bienestar de los pollitos, pero el aumento de las alturas de caída y la aceleración de la cinta transportadora conducen a su desorientación e incomodidad, por cuya razón el estrés de la manipulación se considera alto, con una gravedad variable, dependiendo del número y los procedimientos de manipulación, y su duración.
Los estudios farmacológicos y conductuales de laboratorio relacionan la expresión de la llamada de socorro con un estado afectivo negativo. Como tal, existe una expectativa a priori de que las llamadas de socorro en las granjas indiquen no solo un bienestar físico, sino también emocional.
La orientación y la postura de los pollitos en la cinta transportadora de la planta de incubación, así como los intentos de fuga y el aleteo de las alas también pueden ser indicadores de estrés de manejo. La presencia de pollitos en el suelo es una medida simple de la consecuencia de una configuración inadecuada del transportador y un manejo brusco y, por lo tanto, una fuente de estrés para los pollitos.
El principal peligro es el manejo brusco de los pollitos de forma automática o manual durante su captura, la colocación en las cajas, la carga y la descarga en la granja. Ello incluye un cambios en la velocidad, aceleración y la altura de caída de las cintas transportadoras, un diseño deficiente de los componentes éstas y una manipulación manual brusca.
Los orígenes del peligro son el personal y el equipo, que provienen de errores en la operación, un diseño y mantenimiento deficientes de los equipos y unas cintas transportadoras demasiado rápidas o mal sincronizadas.
Con la eclosión en la granja, los pollitos no están sujetos a estos procesos de manipulación, lo que constituye la mejor forma para evitar el transporte.
En caso contrario no se puede evitar el estrés de la manipulación, pero se pueden aplicar medidas para mitigarla, entrenando al personal para manipular a los pollos con cuidado y mediante un monitoreo constante de los embalajes y la carga de las cajas en los vehículo para evitar la caída de los pollitos.
El diseño y el mantenimiento adecuados de los sistemas asegurarán que los pollitos no queden atrapados en ninguna parte de ellos. Y si caen al suelo, hay que recogerlos con cuidado a fin de mitigar las consecuencias para su bienestar.
Una iluminación muy brillante, una fuerte aceleración o frenazo en las cintas de transporte, las vibraciones, los ruidos súbito, etc. también son fuentes de estrés y, por lo tanto, deben ser evitados.
EL ESTRÉS TÉRMICO
Los pollos recién nacidos, hasta los 5 a 8 días de edad, se comportan como poiquilotermos, lo que significa que no pueden regular su temperatura corporal por sí mismos. Por lo tanto, se requiere una temperatura efectiva adecuada para mantener la temperatura corporal en el nivel deseado de 40-40,5 °C. Debido a los requisitos especiales de temperatura de los pollitos durante la primera semana de vida, mantenerlos en su zona de confort térmico es de importancia crítica, de igual forma que el estrés térmico puede ser la consecuencia de bienestar más grave durante su transporte de recién nacidos.
Comparando Vieira y col. (2016) las respuestas termorreguladoras de pollitos recién nacidos expuestos a frío (21°C), calor (38°C) y neutralidad (35°C) durante 1 h en el transporte comercial en contenedores colocados en una cámara ambiental, observaron que su superficie corporal y la temperatura cloacal se redujeron significativamente con el tratamiento en frío, que no hubo ningún efecto significativo con la temperaturas superior y que la posición de la caja tuvo un efecto insignificante en el confort térmico de las aves. Sin embargo, sugieren que con duraciones de viaje más largas, las temperaturas más altas también podrían haber afectado las respuestas termorreguladoras de los pollitos.
En otro estudio (Maman y col., 2019) se expusieron los pollitos durante 12 h a 3 temperaturas diferentes, con una humedad controlada (53-56 %), viéndose que los que tenían la mayor temperatura corporal (42,6 °C) perdieron una mayor proporción de peso debido a deshidratación y unos pesos de órganos más bajos, a consecuencia de lo cual su rendimiento en el engorde fue peor. Su conclusión fue que los pollitos son más sensibles a temperaturas corporales más altas que a temperaturas más bajas durante su manejo posterior a la eclosión.
Algunos estudios han intentado definir el ambiente termoneutro para los pollitos recién nacidos en base a la producción de calor metabólico y las respuestas de la temperatura corporal, aunque no midieron los mejoras indicadores de esfuerzo homeostático para definir el efecto fisiológico del microambiente térmico. En cambio, Xin y Harmon (1996) examinando los efectos de unas temperaturas y humedad desde 20 a 35 °C y del 40 al 17% sobre los pollitos recién nacidos en base al ritmo metabólico y la mortalidad, llegaron a la conclusión de que las condiciones óptimas o termoneutrales se hallan entre 30 y 32 °C.
Al no haber desarrollado aún un sistema para regular su temperatura corporal, debido a su bajo peso, los pollitos pueden estar sometidos tanto a un estrés por frío como por calor, en dependencia de las condiciones climáticas externas, la ventilación y el microclima de las cajas de transporte. La incidencia de estas consecuencias para el bienestar puede ser alta en caso de sometidos, durante la espera, la carga/ descarga o el transporte, a unas temperaturas muy frías o demasiado calientes y de su duración ello, pudiendo llegar hasta la muerte (DOA).
Por estas razones, el estrés por frío y calor se ha seleccionado como una de las consecuencias de bienestar más relevantes para los pollitos.
En el período post-eclosión inmediato la temperatura corporal y el nivel metabólico de los pollitos aumentan, pero aquella permanece lábil durante la exposición durante un ambiente térmico subóptimo debido a su inmadurez para la homeostasis termorreguladora por hipotermia o hipertermia. Por lo tanto, una consecuencia extrema del estrés térmico, combinado o no con otros problemas de bienestar como el retraso en el acceso al pienso y al agua, puede ser la mortalidad.
El estrés por calor es cuando el pollito experimenta estrés y/o un estado afectivo negativo como incomodidad y/o angustia debido a dificultad para mantener la temperatura corporal en la zona de confort térmico cuando se expone a altas temperaturas. La temperatura corporal de un pollito recién nacido está normalmente entre 40 y 40,5 °C, aunque según Vieira y col. (2016) la medida en la cloaca puede alcanzar los 41,2 °C.
En la práctica comercial, la temperatura recomendada para el transporte de los pollitos es de 24 a 26 °C y la humedad entre el 75% a 24 °C.
También se ha demostrado que, con un ambiente térmico controlado (30-32 °C en las cercanías de los pollitos), se pueden realizar viajes de 12 h sin ningún efecto perjudicial debido al estrés por frío. Se estima que tanto la productividad como el bienestar de los pollitos recién nacidos en el viaje pueden mantenerse bien mediante una regulación cuidadosa de la temperatura y la humedad hasta estos límites dentro de las cajas de transporte, aunque en lo referente a esta última hay opiniones diversas. Sin embargo, con el advenimiento de nuevos diseños de los vehículos, las especificaciones térmicas pueden tener que ajustarse a partir de los parámetros de temperatura y humedad antes descritos para igualar unos niveles de ventilación más altas.
En una experiencia en cámaras climáticas sometiendo a los pollitos a estrés por frío y calor durante diferentes tiempos de exposición se vio que a 38°C y el 75% de humedad hubo un impacto en la frecuencia respiratoria (> 100/min), la temperatura cloacal (44,7°C) y la mortalidad (más del 6 %), especialmente después de las 3 primeras horas de exposición.
Vieira y col. (2016) en otro experimento utilizado para monitorear tanto el estrés por frío como por calor durante 1 h de duración: temperatura media superficial y cloacal, frecuencia respiratoria, peso corporal y mortalidad. La ABM más afectada fue la temperatura media de la superficie, que fue de 35,1 °C en condiciones termoneutrales (35 °C) y 38,1 °C en condiciones de calor (40 °C). Hay que tener en cuenta que el estrés por frío es, en este experimento, 20 °C por debajo de la condición neutra y el estrés por calor solo 5 ° C más. Las temperaturas cloacales asociadas fueron, respectivamente, de 40,9 a 41,2 °C en condiciones neutras y de 42,4 a 42,6 °C en condiciones de calor. La frecuencia respiratoria mostró un aumento importante en caso de estrés térmico, de 60 a 66 respiración / min a 225-252 en condiciones de estrés por calor, esto probablemente se deba a la reacción de estrés, en lugar del mecanismo de termorregulación.
Cabe señalar que en este experimento se consideró una temperatura de 35 ° C como condiciones termoneutrales.
En caso de estrés por calor, en los pollitos se pueden observar un aumento de la frecuencia respiratoria, aunque, debido a su baja capacidad de regulación térmica no llegan a jadear.
Teniendo en cuenta los diferentes retos por el calor en las experiencias de Vieira y col. (2016 y, 2019) podemos proponer que los pollitos comienzan a experimentar un estrés cuando la temperatura media de su superficie corporal es superior a 38 °C y la cloacal superior a 41 °C. Una temperatura demasiado elevada puede deberse a una temperatura y humedad ambiental demasiado altas (superior a 35 ºC), una falta de ventilación o una exposición al sol, lo que puede suceder durante la carga, el viaje y a la llegada a destino, si las pollitos se dejan en el exterior y sin protección contra el sol, en el asfalto, un patio, etc.
(DOE: Abreviatura, en inglés, de “dead on arrival” o “muertos a la llegada”.)
MEDIDAS PREVENTIVAS
- El ambiente controlado o los vehículos con aire acondicionado pueden regular o modificar las condiciones térmicas internas mediante la calefacción o refrigeración adecuadas. Tienen la ventaja de que el entorno interno puede controlarse con precisión independientemente del clima externo o las condiciones térmicas y no depende del movimiento del vehículo.
- Para controlar la temperatura en la cercanía de los pollitos se debe ajustar el calentamiento, aumentar la ventilación o utilizar el aire acondicionado para no pasar de los 35 °C en el interior de las cajas, lo que podría lograrse alcanzarse con un ambiente en un vehículo clásico de unos 25 °C y un 60-63% de humedad. Pero hay que tener en cuenta que el ajuste de la temperatura y la humedad podría ser diferente en un vehículo moderno, de acuerdo con sus características de ventilación.
- Durante la carga, la llegada y la descarga, cuando los pollitos se someten a la temperatura exterior en condiciones climáticas cálidas, deben protegerse del sol directo y proporcionarles ventilación. Y al cargar en el vehículo, las cajas deben estar espaciadas para permitir la circulación del aire y una buena ventilación, lo que también debe hacerse una vez han sido descargadas, retirándose luego enseguida los pollitos.
- En una encuesta en Bélgica realizada por Lambrecht y col. (2020) durante la época de calor, el personal responsable indicó que reducen el número de pollitos en las cajas de 90 a un máximo de 80 para aumentar el espacio por cabeza.
(Continuará)
EFSA JOURNAL, 20-6-22
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