Transporte de los pollitos (y II)

EL STRESS POR FRÍO

El estrés por frío es cuando el pollito experimenta un estrés y/o unos estados afectivos negativos, incomodidad y angustia debido a las dificultades para mantener su temperatura por encima de 41°C cuando se expone a unas demasiado bajas. El estrés por frío puede ocurrir durante la carga en la planta de incubación, su viaje y su llegada a la granja. A medida que la temperatura se reduce, el estrés frío aumenta y cuando los pollitos están fuera de su zona termoneutral pueden estar letárgicos e incluso morir.

Vieira y col. (2019) realizaron un experimento en cámaras climáticas sometiendo a pollitos a un estrés por frío (20 °C y 75% de humedad. Aunque no hubo mortalidad, las aves presentaron hipotermia a partir de 3 h, con una temperatura cloacal de 39,6°C y unas medias superficiales de 28°C y 27,5°C después de 3 h o 6 h, respectivamente, de exposición al frío .

En otra experiencia anterior (2016) los mismos autores expusieron a los pollitos al frío (15 °C), a una temperatura de 35 °C (termoneutral) y a otra de 40 °C durante una hora, monitorizando el peso corporal, la frecuencia respiratoria, la superficie corporal media, la temperatura cloacal y la mortalidad. La superficie media de 4 zonas del cuerpo y la temperatura cloacal se vieron marcadamente afectadas por el tratamiento en frío, lo que significa una disminución del bienestar animal. La temperatura media de la superficie corporal fue de 35,1 °C en condiciones termoneutrales y de 21,3 °C en condiciones frías y las cloacales oscilaron entre 40,9 °C y 41,2 °C en estado de neutralidad y de 37,6 °C a 37,8 °C en el tratamiento frío, mientras que la frecuencia respiratoria aumentó considerablemente de 60 a 66 x minuto a 124-130 en el estrés por frío.

 

 

Si la temperatura cloacal de un pollito recién nacido cae por debajo de 40 °C permanecerá inactivo y se acostará, lo que acelera aún más el enfriamiento. A falta de comer y beber, estos pollitos serán más susceptibles a las infecciones y tendrán una mayor mortalidad en la primera semana de vida.

Sobre la base de la limitada evidencia disponible, nuestro Panel ha concluido que los pollitos experimentarán un estrés por frío si su temperatura cloacal cae por debajo de 40 °C. Se estima que el límite inferior de la zona de confort de los pollitos recién nacidos está en una temperatura de 30 °C y que si la temperatura efectiva, a nivel de los mismos, permanece por encima de ésta es poco probable que experimenten frío durante el transporte, aunque sí habrá este riesgo cuando está por debajo.

Vieira y col. (2016, 2019) utilizaron la temperatura media de la superficie corporal como un indicador de estrés por calor. En sus experiencias, la temperatura media de la superficie corporal estuvo por encima de 34,7 °C cuando los pollitos se mantuvieron en la zona termoneutral. Teniendo en cuenta los diferentes desafíos del frío en sus experiencias, se puede concluir que el riesgo de estrés por frío comienza cuando la temperatura media de la superficie corporal cae por debajo de 34 °C.

Los pollitos que pasan demasiad frío se acurrucan o se apiñan en las granjas debajo de las criadoras, produciendo un sonido en aumento, como llamadas de socorro, que se puede evaluar manualmente o mediante dispositivos automatizados de grabación. La situación de letargo también se puede calificar mediante observación del comportamiento del pollito, bien manualmente o mediante un análisis de grabaciones de video, aunque esto aún no está implementado en las planta de incubación. Además, el estrés por frío puede aumentar la mortalidad en la primera semana de vida de los pollitos.

 

 

 

RIESGOS DE UNA TEMPERATURA DEMASIADO BAJA

La temperatura percibida por el pollito recién nacido, que es una combinación de la temperatura ambiental, la ventilación, la radiación y la humedad en sus cercanías es el principal peligro responsable de un estrés por frío, considerándose que es demasiado baja cuando es inferior a 30 °C.

Durante la carga en la planta de incubación y la descarga en la granja, los pollitos pueden sufrir un estrés por frío si se someten a temperaturas efectivas demasiado bajas. Este puede ocurrir cuando la carga tiene lugar, aunque brevemente, en un lugar donde la temperatura no esté controlada, por ejemplo, en el exterior. Además, el frío, la lluvia, una alta humedad, el viento y un movimiento rápidos del aire pueden colocar a los pollitos en un ambiente demasiado frío. Así, la temperatura efectiva puede ser demasiado baja debido a los pollitos llevados al exterior, a unas puertas que se abren o si la velocidad del aire es demasiado alta.

Durante el viaje, los pollitos pueden estar sufriendo un estrés por frío si la temperatura dentro del vehículo no se mantiene en su zona de termoneutralidad.

Además, los pollitos podrían enfriarse durante la carga cuando no se han secado lo suficiente después de una vacunación con aerosol, aunque no existe bibliografía al respecto. En esta hipótesis, los pollitos se mojarán y se enfriarán en caso de que se sometan a una alta velocidad del aire y/o a una baja temperatura.

En la carga en la planta de incubación hay que asegurarse de un secado adecuado de los pollitos antes de meterlos en las cajas, proporcionar calor en la zona de carga y asegurándose de la continuidad de unas condiciones ambientales adecuadas hasta que se coloquen en las cajas.

Durante el viaje, la temperatura, la humedad y la ventilación deben ser controladas activamente para mantener aquella a unos 40 °C. Los sistemas de calefacción y ventilación deben ajustarse para garantizar a los pollitos una temperatura efectiva superior a 30 °C, lo que se puede lograr con un ambiente de 24,5 – 25 ° C y un 60 – 63 % de humedad relativa en el vehículo durante el viaje. Las puertas de éste deben cerrarse lo antes posible, permanecer cerradas y si tienen que abrirse, debe ser por un breve período o en un área templada.

A su llegada a la granja, deben garantizarse las mismas condiciones climáticas. Los vehículos pueden estacionarse en áreas protegidas, con el motor aún encendido para proporcionar regulación de la temperatura.

Durante la descarga, el vehículo debe acercarse lo más posible a la puerta de las naves y la descarga realizarse en una zona protegida, que idealmente tendrá las mismas condiciones climáticas que aquel. Los pollitos deben descargarse lo antes posible, evitando las zonas ventosas y las horas más frías del día.

Se debe controlar la temperatura efectiva en las cercanías de los pollitos, y cuando la temperatura es inferior a 30 ° C debe llevarse a un lugar más cálido.

 

HAMBRE Y SED PROLONGADAS

En los pollitos existe el peligro de un acceso tardío al pienso y al agua, con sus consecuencias sobre el bienestar.

El hambre prolongada conduce a una condición debilitada ya que no se cumplen los requisitos metabólicos, lo que origina la pérdida de peso corporal debido a la inanición y finalmente a la muerte. La sed prolongada conduce a la deshidratación por igual razón y, junto con el hambre, puede ocurrir en todas las etapas del transporte, desde la carga en la planta de incubación hasta la descarga en la granja.

Los pollitos recién nacidos en una planta de incubación no tienen acceso inmediato a la alimentación. Los que han nacido antes corren el riesgo de tener hambre y sed prolongadas ya que han de permanecer en la nacedora hasta que eclosionen los restantes a lo largo a veces de un período hasta de 48 h. Luego, unas vez retirados de la incubadora, se seleccionan y se vacunan y se preparan para su transporte, sin acceder al alimento y al agua antes de ser instalados en la granja. Todo ello puede durar en promedio entre 36 y 60 h, e incluso 72 h en caso de un transporte muy lejano, lo que puede originar un aumento de la mortalidad, un deterioro del rendimiento y unos efectos negativos sobre el desarrollo de órganos y varios indicadores, incluso a corto plazo.

Algunos estudios de los años ochenta indicaron que las reservas del vitelo en el pollito recién nacido constituyen el 18% del peso corporal y que en ausencia de unas demandas termorreguladoras excesivas esto representa un suministro suficiente de energía y agua para 3 días sin necesidad adicional de pienso y agua. Pero otros estudios más recientes indican que en los pollitos modernos tienen un alto metabolismo para una rápida utilización de los recursos en las primeras 24 horas, lo que hace que un retraso en su descarga en la granja sea causa de mortalidad y morbilidad en el tránsito, por deshidratación y un menor rendimiento y un peor estado de salud a lo largo de su vida.

Se cree que los pollitos sobreviven 72 h después de la eclosión sin alimento ni agua gracias a sus reservas del saco vitelino. Sin embargo, las líneas genéticas modernas pueden agotarlas más rápidamente, debido a las tasas metabólicas más altas relacionadas con un crecimiento más rápido, lo que conlleva un menor peso residual del vitelo y una reserva de energía, con el consiguiente efecto para el desarrollo posterior.

Un retraso de 48-72 h en la alimentación y el acceso al agua origina un mayor peso residual del vitelo a las 96 h después de la eclosión que el que hay en los pollos alimentados inmediatamente. La mayor utilización del vitelo de los pollos alimentados enseguida en comparación con los pollos que lo han sido con retraso podría estar relacionada con una mayor actividad intestinal, probablemente debido a movimientos peristálticos. Pero aunque algunos estudios no se han encontrado diferencia en la utilización del vitelo y el peso residual de éste entre la ingesta inmediata y tardía de pienso hasta 72h, De Jong y col. (2016) han visto que y la privación de pienso y agua 48 h después de la eclosión origina un menor peso corporal y una mayor mortalidad hasta las 6 semanas de edad.

Las discrepancias en los resultados de diferentes estudios sobre el efecto del acceso tardío al alimento y al agua en los pollitos pueden deberse a diferencias en la temperatura de incubación, la de la crianza o la edad de los reproductores, pero se desconoce cómo estos factores afectan la utilización del vitelo posterior a la eclosión.

También se sabe poco sobre si el retraso en el desarrollo de los pollitos privados de pienso y agua tiene alguna consecuencia para el bienestar a largo plazo (incluida la salud, la producción y el desarrollo) en comparación con los pollitos alimentados enseguida.

En relación con los efectos de la duración del transporte sobre el peso corporal, se ha visto que los pollitos no transportados tuvieron un peso corporal significativamente mayor que los pollitos que si lo fueron durante 4 y 10 h durante los siguientes 21 días.

Además del hecho de que los efectos a largo plazo no se demostraron a menudo, a corto plazo sí se evidencian con mayor regularidad, pero se desconoce la naturaleza exacta del impacto en el bienestar de los pollitos.

 

Se cree que los pollitos sobreviven 72 h después de la eclosión sin alimento ni agua gracias a sus reservas del saco vitelino.

 

Para estar seguros de éste asumimos que el retraso en la alimentación y el agua conduce a un hambre y sed prolongadas, a pesar del hecho de las reservas del saco vitelino y de que los animales nunca han «comido» ni «bebido» antes. La mayor parte del retraso en el acceso al agua y al pienso con unos efectos temporales es de entre 36 y 48 h, mientras que una menor duración (por ejemplo, 14 h) también afecta, pero en este caso como combinación de la privación y la duración del transporte.

Cabe señalar que los ensayos de comportamiento para evaluar el hambre y la sed no se han estudiado per se durante la privación de alimento y agua, sino más bien el impacto del retraso en la salud y el rendimiento de los animales por el impacto negativo que tienen, al menos en la salud temprana y su rendimiento. Aunque no se ha evaluado el efecto sobre el estado afectivo de los pollitos, se ha asumido que el hambre y la sed prolongadas y sus implicaciones fisiológicas están presentes y tienen consecuencias negativas para ellos.

Hay pocos estudios describiendo en detalle el estado fisiológico de los pollitos en situación de ayuno. Tong y col. (2015) midieron una variedad de respuestas y otros biomarcadores y observaron que los pollitos pueden experimentar niveles significativos de estrés durante el período de retención. Por lo tanto, como los recién nacidos a menudo se someten a factores estresantes concurrentes (calor, deshidratación, polvo y privación de alimento) en las primeras 24 horas después de su eclosión, la retención prolongada puede exacerbar los efectos perjudiciales asociados. Como consecuencia, los efectos adversos durante las primeras horas críticas después de la eclosión pueden originar una mayor mortalidad inicial.
Se concluye que acortar la ventana de nacimientos y minimizar el período de retención puede mejorar su calidad y estado fisiológico a consecuencia de la privación de alimento y agua.

Los siguientes factores retrasan el acceso de los pollitos al alimento y al agua después de la eclosión:

  • Una eclosión temprana en combinación con una ventana de nacimientos larga,
  • Falta de acceso al pienso y al agua a consecuencia de una larga manipulación en la planta de incubación o una larga duración del transporte.

Por lo tanto, se ha considerado que la utilización de sustratos y reservas del saco vitelino en los pollitos recién nacidos de las líneas comerciales modernas para carne podría afectar a los tiempos de viaje aceptables para ellos. Una revisión de toda la evidencia disponible sobre ello sugiere que este puede no ser el caso, y que los viajes no superiores a 24h, sin alimento ni agua, son adecuados para proteger a los pollitos.

Se ha encontrado que el hambre y la sed prolongadas podrían prevenirse con el suministro de alimento y agua en la planta de incubación inmediatamente después de la eclosión, lo que se ha estudiado y aplicado comercialmente en alguna de ellas. Cuando los pollitos fueron alimentados inmediatamente después de la eclosión se ha observado un aumento en el peso corporal, con o sin el vitelo, el peso del corazón, del hígado y la longitud del intestino en comparación con los pollitos que no habían sido alimentados hasta su llegada a la granja.

Un estudio de Cardeal y col. (2021) recomienda el suministro de alimento y agua dentro de las cajas de transporte de pollitos de reproductores pesados jóvenes que sean sometidos a un retraso de pienso de 48 h con el fin de mejorar el desarrollo del tracto gastrointestinal y principalmente de la mucosa del duodeno.

En resumen, la bibliografía que hemos revisado muestra que el tiempo total antes del acceso al alimento y al agua de 48 h o más tiene efectos perjudiciales en los pollitos.

 

 

Cuando los pollitos experimentan hambre y sed prolongadas, la única medida correctiva / mitigativa es descargarlos lo antes posible y proporcionarles acceso a alimento y agua sin demora.

El impacto negativo del hambre y la sed prolongadas después de la eclosión en el bienestar de los pollitos se puede prevenir minimizando el tiempo entre la misma y el acceso al alimento y al agua. Esto se puede lograr mediante:

  • El nacimiento en la granja con acceso inmediato a alimentos y agua.
  • Un acortamiento la duración de la ventana de nacimientos para reducir el número de pollitos que sufren una larga retención.
  • La minimización del tiempo de manipulación y transporte para limitar el riesgo de padecer hambre y sed prolongadas.
  • El suministro de geles nutritivos en la planta de incubación.

En relación con el transporte, como los pollitos recién nacidos son de bajo peso y no pueden regular bien su temperatura, cuanto mayor sea la duración del viaje, más severo será el impacto de las consecuencias para el bienestar, por ejemplo, el hambre y la sed prolongadas.

Algunos estudios muestran diferentes impactos negativos de la longitud o la duración del transporte en el bienestar y la salud de los pollitos, aunque otros no han sido concluyentes, particularmente sobre los efectos a largo plazo, o no han mostraron ningún impacto negativo de un largo transporte. Pero en todos los casos, el impacto de la duración del transporte se confunde con el ocasionado por un retraso en el acceso al pienso y al agua.

Por lo tanto, no se puede hacer ninguna recomendación sobre el tiempo máximo de transporte, sino más bien sobre el tiempo sin acceso al pienso y al agua. En base a todo lo indicado antes, el tiempo máximo entre la eclosión y el primer acceso al alimento y al agua (incluido el tiempo de permanencia en la planta de incubación y los de carga, transporte y descarga) no debería pasar de 48 h, contado desde el momento de la eclosión de los primeros pollitos hasta el del acceso del último polluelo al alimento y al agua.

 

El nacimiento en la granja con acceso inmediato a alimentos y agua aumenta la viabilidad de los pollitos.

 

 

Al igual que en las aves ya crecidas, los DOA (*) son un indicador relevante para la evaluación del bienestar de los pollitos durante el transporte si son registrados individualmente en cada traslado.

Los pollitos pueden fallecer durante el transporte debido a factores que no son atribuibles directamente a las condiciones del mismo. Por lo tanto, es posible que no sea necesario investigar la causa del DOA para cada transporte individual, pero si excede un cierto nivel, ello podría atribuirse a las condiciones del mismo.

En un estudio de Yerpes y col. (2021) en España, que incluía un total de 66 viajes realizados en condiciones comerciales entre mayo y noviembre de 2017, la mortalidad media de los pollitos durante el transporte fue del 0,055 % . Y aunque la bibliografía sobre el tema es muy escasa, en base a este trabajo se puede suponer que el DOA no supera el 0,1%.

 

(*) DOA: Abreviatura, en inglés, de “dead on arrival” o “muertos a la llegada”

 

 

EFSA JOURNAL, 20-6-22 (RESUMEN)

 

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