Este mes de noviembre la influenza aviar (IA) ha vuelto a aparecer en tres países de la Unión Europea, primero el día 4, en Alemania, y luego casi simultáneamente, el día 15, en el Reino Unido y los Países Bajos, aunque ahora afectando a especies diferentes, al pavo en el caso alemán, al pato en el británico y a gallinas ponedoras en el holandés. El primer caso detectado ocurrió en una pequeña explotación alemana de la localidad de Heinrichswalde, en el estado de Meklenburg, identificándose enseguida como el virus del subtipo H5N8 de la IA, de alta patogenicidad, lo que condujo a las autoridades sanitarias de la zona a ordenar las medidas cautelares correspondientes, con el sacrificio obligado de alrededor de mil aves, entre pollos, gansos y patos de la zona afectada.
Poco después, el caso más grave, ocurrido en los Países Bajos, por afectar a una granja de puesta con 150.000 gallinas, de la localidad de Hekendorp, al este de Gouda, el la cual volvió a detectarse el mismo subtipo del virus de la IA, lo que obligó a las autoridades a aplicar inmediatamente una prohibición de todo tipo de movimientos avícolas en la zona afectada. En este caso la gravedad proviene de la alta densidad avícola de Holanda, una de las más altas de la UE, con la particularidad, además, de la elevada actividad exportadora del país, lo cual, de no controlarse debidamente, podría extender el problema a otros muchos. Y casi simultáneamente, una granja de patos de Yorkshire, en el norte de Inglaterra, era la protagonista del tercer incidente de este tipo en lo que va de mes, confirmándose el mismo agente vírico. Como resultado, unos 6.000 patos de la granja que han tenido que ser sacrificados, aparte de la adopción de la declaración de las correspondientes zonas de protección -3 km– y de vigilancia –10 km– alrededor de la granja afectada, así como otras medidas de protección.
En cuanto al origen de los brotes, aún no se conoce la fuente de contaminación, aun creyéndose que pueden estar relacionados. Pero la sospecha de las autoridades sanitarias de la UE es que proceda de las aves migratorias llegadas de Asia en su ruta hacia el sur de Europa, principalmente gansos o cisnes salvajes. Las autoridades sanitarias de la Comisión de la UE ya se han apresurado a indicar que, aun existiendo el riesgo de transmisión al ser humano, éste es muy bajo pues solo puede tener lugar por un contacto intenso y directo con las aves afectadas. La aclaración es oportuna por recordarse en los Países Bajos la muerte de una persona –concretamente un veterinario– al resultar infectado, en el año 2003, por el brote de IA que había ocurrido en el país, aunque entonces se tratase de otro subtipo del virus –H7N7– y el fallecido estuviera aquejado, además por una infección de Herpex simplex.
Por último, el 18 de noviembre la Comisión de la UE ha ordenado prohibir la venta de carne de ave y huevos que tengan su origen en los Países Bajos y el Reino Unido, como medida adicional para evitar la propagación del virus al resto de Estados miembros y a terceros países. En lo que respecta a España, además, la Red de Alerta Sanitaria Veterinaria –RASVE- ha informado en su página web que, desde el inicio del periodo de incubación de la gripe aviar en una granja de Holanda, «no existen movimientos de aves vivas o huevos desde dicha explotación afectada con destino a nuestro país, aunque sí desde regiones cercanas al foco». También ha aclarado que las comunidades autónomas de destino de estos movimientos han sido informadas, «con objeto de que se intensifique la vigilancia en la zona».
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