En países como Francia, Portugal, Bélgica y España, el
consumo anual per cápita de carne de conejo es superior a tres kilogramos,
y en Italia, por ejemplo, es superior a cinco kilogramos.
La carne de conejo es adecuada para toda la familia, dado su contenido de ácidos
grasos poliinsaturados, proteínas, vitaminas y minerales. En especial,
esta carne es ideal para las personas mayores, quienes tienen un sistema digestivo
delicado, ya que es baja en grasa y lo tierno de sus fibras musculares la hace
particularmente digestiva.
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En países como Francia, Portugal, Bélgica y España, el
consumo anual per cápita de carne de conejo es superior a tres kilogramos,
y en Italia, por ejemplo, es superior a cinco kilogramos.
La carne de conejo es adecuada para toda la familia, dado su contenido de ácidos
grasos poliinsaturados, proteínas, vitaminas y minerales. En especial,
esta carne es ideal para las personas mayores, quienes tienen un sistema digestivo
delicado, ya que es baja en grasa y lo tierno de sus fibras musculares la hace
particularmente digestiva.
MUCHAS PROTEÍNAS
El conejo aporta entre 19,9 y 20,4 gramos de proteínas por cada 100
gramos de carne, proporción que, a diferencia de la que contiene en promedio
la carne de res, así como la de cerdo e incluso la de pollo, es mayor
en cantidad y en calidad.
También es superior en aporte de vitamina E (0,70 mg) en comparación
con otro tipo de carne (0,2 mg). Hay que recordar que esta vitamina es antioxidante
y protege las membranas celulares del sistema nervioso, glóbulos rojos,
células musculares y del sistema cardiovascular.
El bajo nivel de grasas saturadas, escaso contenido de sodio y alto de potasio
de la carne de conejo la hacen apropiada para la dieta de personas con problemas
cardiovasculares, hipertensión, colesterol o ácido úrico.
En comparación con la carne de pollo, la de conejo tiene una proporción
menor de ácidos grasos saturados y mayor de ácidos grasos insaturados
y de colesterol.
El conejo doméstico se destina a la producción de carne y se
cría bajo técnicas de manejo específicas y altamente profesionalizadas.
Su crianza, reproducción y engorde se llevan a cabo en instalaciones
con equipos diseñados específicamente para esta especie, similares
a las que se utilizan para la producción de pollo. Además, por
ser un animal herbívoro, su alimentación es estrictamente balanceada:
alta en contenido de fibras como alfalfa, girasol y salvado, y en proteínas
que se obtienen de las oleaginosas; no contiene ningún elemento de origen
animal.
Un aspecto interesante es que el conejo es monogástrico, es decir, su
organismo no transforma las grasas de su alimento, lo que hace que su carne
sea magra, al contrario de lo que ocurre con otras especies (poligástricas),
que depositan grasa en sus tejidos.
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