Vacunación contra la influenza aviar altamente patógena

Con la persistencia de la actual cepa de influenza aviar altamente patógena (HPAI), el sector avícola de todo el mundo ha comenzado a contemplar las estrategias de vacunación.

Durante el último año más o menos, la (HPAI) ha vuelto a ocupar un lugar central en el mundo de las enfermedades de las aves y el debate sobre la vacunación se está calentando. Esto se debe especialmente a que la cepa actual de HPAI es persistente y parece ser endémica en las poblaciones de aves silvestres.

En Canadá y en otros lugares tenemos muchas preguntas acerca de si la vacunación es una opción de control efectiva y factible para algunos grupos de aves domésticas o en cualquiera de ellos. De hecho, la vacunación contra la influenza es imposible para los pollos broilers debido al escaso tiempo de su crianza y porque solo se pueden usar vacunas muertas. «Es el mismo problema para los pavos», dice el Dr. Jean-Pierre Vaillancourt, profesor de la Universidad de Montreal y miembro del Centro de Investigación de Enfermedades Infecciosas Porcinas y Avícolas del CRIP.

En cambio, si bien vacunar pollos de engorde y pavos no es una opción, debido en parte, a problemas comerciales, ha habido discusiones sobre su administración a las ponedoras.

 

UNA MIRADA CERCANA A LAS VACUNAS

Como ha señalado el Dr. Mart de Jong, profesor de Epidemiología Veterinaria en la Universidad de Wageningen, en los Países Bajos, una pregunta importante sobre las nuevas vacunas contra la IA es «si son lo suficientemente efectivas y si brindan suficiente protección contra la transmisión». De Jong dice que «muchas de las vacunas existentes funcionan bien en el laboratorio, pero su efectividad en el campo es muy decepcionante. Esto es especialmente cierto en el caso de las vacunas tradicionales, que consisten en un virus inactivado. Con ellos, vemos cantidades mucho menores de anticuerpos en el campo y la pregunta ahora es si este es también el caso con los nuevos tipos de vacunas».

El Dr. Mike Petrik, director veterinario de servicios técnicos de McKinley Hatchery en St. Mary’s, Ontario, explica: «actualmente tenemos vacunas que parecen reducir los signos clínicos, pero no eliminan la propagación viral». Esto generalmente significa que el nivel de anticuerpos creados en el cuerpo del ave en respuesta a la vacuna es demasiado bajo para proporcionar una protección adecuada contra la transmisión del virus y las aves vacunadas aún pueden transmitir el virus.

Petrik añade: «Si vacunamos, es probable que el virus continúe circulando entre las manadas canadienses. Será muy importante tener una vacuna que se pueda diferenciar de un virus de campo, de modo que si una manada da positivo sabremos con certeza si fue de la vacuna o si tienen exposición al virus de la influenza». Esto se llama la estrategia “DIVA” (Diferenciación de animales infectados de animales vacunados).

 

 

Este aspecto de la posible vacunación contra la influenza aviar está muy relacionado con serias preocupaciones comerciales. Los países importadores obviamente solo quieren que entren animales sanos. Además, los acuerdos comerciales existentes prohíben la vacunación. Petrik señala que las empresas canadienses exportan una cifra significativa de genética aviar a un gran número de países de todo el mundo. Explica que, si vacunamos para la IA en Canadá, necesitaremos acuerdos comerciales que aborden esto, y ello puede ser difícil con todos los países involucrados.

Por otra parte, cuando fue contactada para comentar el tema, en la United Egg Producers (UEP), de Estados Unidos, también revelaron preocupaciones sobre el comercio al indicar que si bien sus miembros asociados no han tomado una posición sobre las vacunas contra la IA, aprecian la continua consideración del Departamento de su Agricultura de una vacuna contra la IA. Y, al mismo tiempo, alientan la continuación de la discusión en estrecha colaboración con los líderes nacionales e internacionales de los sectores avícolas y las autoridades reguladoras, especialmente en lo que se refiere a las complejidades en torno a la ciencia y las posibles implicaciones comerciales de las vacunas HPAI.

 

LOS COSTES Y MÁS

Otro problema con la vacunación con IA es cómo podría lograrse de manera asequible. La vacuna debe ser inyectada, lo que implica una gran cantidad de trabajo manual.

Una vacuna que podría administrarse a través del agua de bebida es una posibilidad. Sin embargo, independientemente del tipo de administración, cualquier vacuna de IA debe abordar la cepa o las cepas actuales. Es decir, como bien sabe el sector avícola mundial, constantemente surgen nuevas variantes de IA a través de la mezcla genética, lo mismo que sucede con los virus de la gripe humana. En general, Vaillancourt no prevé que se produzca una vacunación generalizada contra la influenza aviar en Canadá, ni siquiera en Francia, donde se han concentrado principalmente los brotes actuales de influenza aviar en Europa, los peores de la historia. «La estrategia será apuntar a ciertas regiones y tipos de aves: reproductoras, ponedoras, patos, aunque también tenemos que fijarnos en las manadas de traspatio».

En Estados Unidos, los productores de pollos y pavos están en contra del uso de una vacuna debido a problemas comerciales, dice el Dr. John Clifford, ex jefe veterinario del Departamento de Agricultura y ahora trabajando para el Consejo de Exportación de Aves y Huevos. «Con las gallinas, todavía se puede infectar con aves vacunadas y el coste es prohibitivo”, añade.

Existe el costo de la vacuna, y también están los costos asociados con una estrategia DIVA o estrategia centinela, donde las aves no vacunadas se colocan con otras que sí lo están en el mismo lugar y se les realiza una prueba de infección. Por último, las empresas elaboradoras de vacunas necesitarían un gran mercado para desarrollar una vacuna contra la IA, y no vemos que este mercado exista en los Estados Unidos ni otros países que operan en el mundo avícola, aunque podría ser una herramienta efectiva en los esfuerzos de erradicación y para aquellos países que no exportan».

Por su parte, Petrik cree que el sector avícola canadiense necesita tomarse más tiempo con el tema de la vacunación con IA. «Mi sensación es que tendremos que esperar y ver qué trae este otoño y el próximo año con respecto al impacto del virus campo para determinar si tiene sentido comenzar un programa de vacunación», dice. «Pero hay un gran interés en Europa y Estados Unidos en investigar la vacunación, por lo que es una discusión que definitivamente está recibiendo ahora más atención que nunca».

La Agencia Canadiense de Inspección de Alimentos ha estudiado la vacunación como una estrategia contra la propagación de la IA y ha establecido unas pautas sobre su uso efectivo, aunque como parte de un documento interno, no disponible para el público. La opción de vacunar puede considerarse dependiendo de las circunstancias del brote, teniendo en cuenta varias condiciones y las limitaciones físicas y en recursos por su impacto en qué medidas de control sean las más efectivas.

 

 

TREENA HEIN
Canadian Poultry, 109: 8, 24-28. 2022

 

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