¿Acabamos con las jaulas?
La pandemia por COVID-19 nos deja, además de una importante reducción de la actividad económica que afecta a muchos sectores y trabajadores, una enorme incertidumbre sobre cómo será nuestro futuro post-COVID, y si llegará en un plazo de tiempo razonable.
Hemos pretendido mantener cierta normalidad en nuestra tarea, pero no es fácil en un entorno que cuestiona a cada paso nuestras premisas y decisiones. La pandemia nos llegó en pleno proceso de desarrollo de sistemas de producción de huevos alternativos a las jaulas acondicionadas, pero quizá es el momento de pararse a pensar y preguntarnos si el consumidor comprará huevos alternativos al ritmo que pretenden imponer los operadores de las tiendas. Y si está dispuesto a pagar la diferencia de costes de producción. También si quienes adoptan compromisos de no vender huevos de gallinas en jaula en las tiendas se comprometen igualmente con los productores para facilitarles invertir en sus granjas. Y si les garantizarán cubrir el diferencial de costes de producción además de los sobrecostes por el incremento de las materias primas para pienso. No tenemos las respuestas. Sabemos que en 2020 aumentó en España el número de gallinas en jaulas y no creció el porcentaje en sistemas alternativos – datos oficiales comunicados por el MAPA a la UE -.
Por si había pocas dudas para los productores se abre un nuevo debate en el seno de la Unión Europea:
¿Tenemos que prohibir las jaulas en cualquier producción ganadera? Lo ha introducido la iniciativa ciudadana “End the Cage Age” – traducida como «Acabar con la era de las jaulas» – sobre la que la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural del Parlamento Europeo y la de Peticiones organizaron una audiencia pública el 15 de abril. La iniciativa se registró el 5 de septiembre de 2018 y se presentó a la Comisión Europea en octubre de 2020 con casi 1,4 millones de firmas de apoyo. Pide la prohibición de tener animales de granja en jaulas.
En la audiencia hubo práctica unanimidad de los participantes a favor de la iniciativa. Miembros de distintas instituciones – europarlamentarios, miembros de la Comisión, del Consejo de las Regiones y del Comité Económico y Social, entre otros – parecían tenerlo claro, solo a falta de definir cómo hacerlo. Una vez más, la Unión Europea sería pionera en el mundo en decisiones que tocan la ética y la moral. Para facilitar el proceso se habló de apoyar financieramente a los productores en el cambio y de prohibir importaciones no conformes con las normas de bienestar animal de la UE, algo que los proponentes contemplaban en su presentación.
En 3 meses veremos si la Comisión decide revisar la Directiva del año 1998 sobre el bienestar de los animales de granja y eliminar las jaulas para animales. Esperamos impacientes la decisión. Y confiamos en ver futuras iniciativas que susciten tanto consenso sobre problemas “casi” tan preocupantes como el de las jaulas en las granjas: El paro, la pobreza, la inmigración…
Maria del Mar Fernández Poza
Directora del ASEPRHU
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