Las organizaciones agrarias Asaja, COAG y UPA
han manifestado que consideran desastroso el actual sistema de recogida de cadáveres,
puesto que el desplazamiento que se precisa de una granja a otra conlleva el
riesgo de transmisión de enfermedades y un peligro real para la seguridad
sanitaria nacional
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El actual sistema de recogida de cadáveres de las explotaciones, que
prohibe el enterramiento de las bajas en la propia granja y de aplicación
obligatoria desde el pasado 1 de mayo del presente año, está ocasionando
discrepancias en todo el sector.
En España mueren cada año 70 millones de aves y 1,8 millones
de conejos por razones varias, entre las que se encuentran enfermedades fácilmente
transmisibles entre explotaciones al viajar los medios de recogida de unas a
otras. Por esta razón, entre otras, han surgido las protestas y la reclamación,
por parte del portavoz socialista de Agricultura en el Congreso, de un debate
nacional sobre el tema, solicitando la presencia del ministro de Agricultura,
Miguel Arias Cañete.
En opinión de las organizaciones, el seguro de retirada de animales
puesto en marcha por el Ministerio sufre una falta de infraestructura que lo
hace inviable.
Según un estudio de la Universidad de Murcia, el sistema actual es un
peligro para la bioseguridad, por lo que Bruselas estudia la posibilidad de
permitir ciertas excepciones para seguir enterrando a los animales muertos en
la propia explotación cuando se trate de zonas alejadas.