Resumen Conferencia impartida por Pablo Bernardos, del MAGRAMA, en el marco de las Jornadas Profesionales de Avicultura 2013 el jueves 30 de mayo en la Facultad de Veterinaria de León a las 09:30
Durante la última década, el sector avícola de puesta ha tenido grabada a fuego una fecha: 1 de enero de 2012. Ese día concluía el período transitorio establecido para la adaptación del sector a la normativa de bienestar animal, lo que en la práctica suponía la sustitución de todas las baterías instaladas en España.
Por su magnitud, este proceso debe ser entendido como una auténtica reconversión, que ha transformado el sector avícola. Existían además factores que han hecho de este proceso un cambio radical y abrupto, y que debemos achacar a factores internos, propios de la naturaleza del sector productor español, y externos, propiciados por la normativa que motivaba este cambio:
- Entre los factores internos, cabe destacar la orientación intensiva de nuestro sector productor, cuyo parque de ponedoras se ha alojado en sistemas de jaula en un 95%, lo que convertía a la práctica totalidad del sector en ámbito de aplicación de la nueva normativa. La vocación exterior que además tenía nuestro mercado, que exportaba alrededor del 15% de la producción, lo hacía muy vulnerable a cualquier situación de incertidumbre con respecto a estas exportaciones.
- Si hablamos de factores externos, desde luego no se puede decir que la normativa de bienestar favoreciera una adaptación temprana progresiva del sector, como habría sido deseable. Adaptarse antes de plazo conllevaba una importante merma de competitividad, y ningún tipo de reconocimiento en el mercado hacia una producción que continuaba siendo intensiva.
Con estos condicionantes, debemos asumir que el sector productor nacional renovó la práctica totalidad de su estructura productiva, con un coste asociado de 600 millones de euros, en apenas dos años. La magnitud de la inversión es tal que supone 66% del valor de la producción sectorial en el año 2011.
La evolución de los principales indicadores productivos durante el período 2012-2013 muestra hasta qué punto el sector se ha visto afectado por el proceso, y pueden resumirse brevemente en las siguientes variables:
– Producción: Los primeros meses desde la completa adaptación del sector productor a la normativa de bienestar se han caracterizado por tres factores: la recuperación del nivel productivo, la concentración del segmento productor y la diversificación de la actividad.
– Comercio exterior: Tras el importante ajuste productivo de 2012, el flujo de exportaciones se ha resentido notablemente en cuanto a cantidades exportadas, que se han reducido un 47%, aunque el alto valor alcanzado por el huevo de industria ha motivado que, en lo que respecta al valor de la producción, la exportación se haya reducido apenas un 9%.
– Precios: Como resumen, puede decirse que en el sector de los huevos el año 2012 se ha caracterizado por un fuerte incremento de lospreciosrespectoalosañosanteriores,másacentuadoenelprimersemestre,debidoa laimportantereduccióndelaofertacomo consecuencia de la adaptación a la normativa de bienestar, que incluso motivó situaciones puntuales de desabastecimiento del mercado. El comienzo del año 2013, no obstante, se ha visto perjudicado por un “efecto rebote”, caracterizado por un descenso severo de precios.
– Costes de producción: La escalada de precios de materias primas para alimentación animal ha supuesto incrementos en el coste de los piensos de hasta el 70% a lo largo del año 2012, lo que debilita la situación financiera de los operadores en un momento de gran necesidad.
Lógicamente, estos factores configuran un sector completamente nuevo, que debe afrontar los retos de futuro desde una perspectiva abierta e integradora, para garantizar que su indiscutible capacidad de adaptación permita mantener la competitividad, el nivel productivo y su importante incidencia en el medio rural.