Cascajares

La empresa Industria Gastronómica de Cascajares ubicada en el pueblo palentino
de Villamuriel
de Cerrato
y encargada de suministrar los capones para el banquete nupcial,
distribuye 4.000 de estas aves a restaurantes de toda España, según
su gerente, Alfonso Jiménez.
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Estos capones criados bajo estrictos controles de calidad proceden de pequeñas
granjas de la provincia castellano-leonesa de Palencia y se comercializan, confitados
o envasados al vacío, aunque para este evento han seleccionado 600 de sus
mejores capones, que han sido servidos enteros, sin cortar, y bajo estrictos controles
de calidad con el objeto de confeccionar el segundo plato nupcial.

La empresa se ha especializado en la cría de las razas negra castellana,
el pedrés y el rojo de caserío a través de una alimentación
que se basa en trigo, cebada, maíz y soja, acompañado de hierbas
aromáticas, frutas dulces y agua, y con un riguroso control sanitario.

Los capones se crían en extensivo, llegan con un día de vida y se
crían sueltos, con las mejores condiciones de luz y calor; cuando tienen
un mes se les castra bajo estrictas condiciones higiénicas y de sanidad
para evitar enfermedades.

La castración evita que el pollo desarrolle hormonas masculinas favoreciendo
una carne más sabrosa, tierna y jugosa, ya que la grasa y la gelatina se
queda infiltrada entre los trazos magros.

Tras la castración los animales se ceban con una alimentación totalmente
natural y en libertad, aunque no ecológica, según declaró
Alfonso Jiménez. En este sentido, destacó que su objetivo no es
tanto buscar una etiqueta ecológica sino distinguir sus producciones por
la calidad y por la recuperación de una tradición castellanoleonesa
y un plató típico de la región como es el capón, «reservado
siempre para las mejores ocasiones».

Después de cuatro meses de crecimiento los capones son sacrificados con
un peso aproximado de cuatro kilos y medio por cabeza, aunque en esta ocasión
los restauradores encargados de elaborar el menú nupcial pidieron piezas
más pequeñas, en torno a los tres kilos y medio.

Jiménez explicó que Industria Gastronómica de Cascajares
proporciona empleo directo e indirecto a 25 personas, nueve de ellos discapacitados
contratados en la sala de elaborados. Subrayó, además de la calidad
de los capones que mandaron a los
encargados de elaborar el menú que degustarán mañana en el
banquete nupcial, que el papel social que desempeña la industria en su
región «ha podido jugar un papel fundamental a la hora de que la Casa
Real se decidiera por nuestros productos».

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