El país vive actualmente una brutal subida de precios, pero ahora confía en que el nuevo signo traiga bonanza y tranquilidad, tal y como establece la tradición
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China ha despedido el año del tigre y le ha dado la bienvenida al del conejo, el cuarto signo del horóscopo chino, regido por el calendario lunar. El tigre, uno de los signos más agresivos, trajo al país catástrofes y sobresaltos, así que los chinos esperan ahora que el conejo brinde bonanza y tranquilidad, no en vano está considerado uno de los signos más felices.

Aún tenemos mucho camino por recorrer. Debemos resolver los problemas por los que la gente más se preocupa, reconoció el primer ministro, Wen Jiabao. La principal tarea para el año que ha comenzado para ellos no es otra que controlar la inflación, desbocada en el país y con visos de agravarse en los próximos meses. Debemos decididamente impedir que los precios suban demasiado rápido, e inquebrantablemente hacer un buen trabajo para controlar el mercado inmobiliario, dijo Wen.

La brutal subida de precios es un enorme caldo de cultivo de inestabilidad social, algo que inquieta al gobierno. Varios expertos ya han advertido que si no se pone freno a la inflación, el riesgo de revueltas se disparará en el caso de que la economía, por cualquier motivo, deje de crecer a un 10% anual.

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