A poco más de un mes desde nuestro comentario anterior sobre los mercados de primeras materias para alimentación animal y sus consecuencias para los precios de los piensos, la principal noticia a destacar es una continuación de la escalada de la soja. Y aunque, por más que este producto no sea la única fuente proteica vegetal, al tratarse de la principal oleaginosa, en especial para avicultura y porcicultura, sus precios ejercen un efecto contagioso en otros similares, como ha ocurrido, a nivel internacional, con la colza y el algodón, aunque aquí el efecto se haya paliado con una cierta contención del girasol

Por otra parte, a puertas ya de la cosecha de cereales de este año, las últimas previsiones del Ministerio de Agricultura – MAGRAMA – al respecto son más bien pesimistas pues, pese a una siembra ligeramente superior a la de la campaña anterior, la falta generalizada de lluvias en el pasado invierno seguramente hará reducir el conjunto nacional entre el 20 y el 30 %.

Afortunadamente, las previsiones del Consejo Internacional de Cereales – IGC – mostrando una producción mundial de los mismos al alza hacen prever una mayor disponibilidad mundial, con lo que se podrá paliar en parte lo anterior. De entrada, esto ya ha permitido un aumento de los stocks de maíz en los almacenes de Estados Unidos y aunque aquí, en Europa, también dependemos de la situación de las cosechas de trigo de la zona del Mar Negro, cabe prever que, por esta banda al menos, las tensiones no serán tan elevadas.

Con todo, sin embargo, el problema actual viene de lo comentado sobre la soja, cuya alza de precios ha hecho que en los dos últimos meses los de los piensos más proteicos hayan sufrido una escalada del 5-6 %. Y con la presión a que está sometiendo China a los mercados por sus compras de soja en el exterior, de momento no podamos ser optimistas pensando en una reversión de esta situación.

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