La aparición, el 14 de enero, de una nueva ave muerta en el mismo lugar
donde ya se encontró, el día 9, una afectada por el virus de la
influenza aviar, ha intensificado los temores de resurgimiento de influenza
aviar en la ciudad.
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La aparición, el 14 de enero, de una nueva ave muerta en el mismo lugar
donde ya se encontró, el día 9, una afectada por el virus de la
influenza aviar, ha intensificado los temores de resurgimiento de influenza
aviar en la ciudad, informa el diario South
China Morning Post
.
Según esta fuente, las autoridades de Hong Kong han prohibido la importación
de carne de ave y carne de ave congelada de Japón, donde sí se
ha confirmado la presencia del virus de la influenza en una granja.
Las autoridades del departamento de Agricultura, Pesca y Conservación
han comenzado una serie de exámenes al ave encontrada, así como
a otras 70 recogidas el domingo en diferentes puntos de la ex colonia británica;
los resultados se conocerán a finales de semana.
A comienzos de enero ya saltaron las señales de alarma, cuando las autoridades
sanitarias confirmaron que un ave recogida el 31 de diciembre en una de las
áreas más pobladas de la ciudad había dado positiva del
mortífero virus H5N1.
Un experto en enfermedades contagiosas, Lo Wing-lok, avisó el domingo
de que más aves de presa, como las azores, morirán a causa del
H5N1, ya que este tipo de aves pueden contraer el virus más fácilmente
a partir de aves más pequeñas.
Este motivo ha llevado a que el presidente de la Sociedad para la Observación
de Aves de Hong Kong, Cheung Ho-fai, elevara una petición al gobierno
para que suspenda la importación de capuchinos de lomo blanco (lonchura
striata) que se utilizan durante ritos religiosos.
Por su parte, el gobierno ya pidió, días atrás, a las comunidades
religiosas de la región administrativa especial china, que se abstengan
de liberar pájaros siguiendo una tradición que liga la puesta
en libertad de las aves con la consecución de una bendición.
Las aves llegan a Hong Kong procedentes, en su mayoría, de China, hacinadas
en jaulas donde el contagio puede producirse de una forma muy sencilla.
Estas aves no se vacunan, sino que son puestas en cuarentena o inspeccionadas
(al contrario de lo que ocurre con las aves de corral).
Se estima que alrededor de medio millón de pájaros se importan
cada año para liberarlos en la naturaleza.
EFEAGRO

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