El enriquecimiento ambiental puede mejorar la salud del pollo, concretamente de sus patas.
Proporcionar un entorno “enriquecido ambientalmente” en el interior de las granjas de pollos ni es un factor de riesgo para infecciones bacterianas ni para mayor incidencia de “pechugas de madera”.
Los pollos de engorde modernos , los “broilers”, han sido seleccionados en función de su tasa de crecimiento, y los estudios han encontrado que pasan aproximadamente el 80% de su tiempo descansando, según investigaciones en Dinamarca.
La combinación de rápido crecimiento e inactividad plantea un factor de riesgo para el desarrollo de cojera y patologías relacionadas con el sistema locomotor y es probable que reduzca el bienestar de las aves, debido al dolor y pérdidas económicas para el productor, ha declarado Ida J Pedersen y Bjorn Forkman de la Universidad de Copenhague, y Fernanda M. Tahamtani, Jette F. Young, Hanne D. Poulsen y Anja B. Riber , de la Universidad de Aarhus en un artículo reciente en Poultry Science.
Pedersen y col. sugirió que proporcionar enriquecimiento ambiental puede ser una estrategia potenciadora de la actividad, además de tener efectos positivos sobre potenciales cojeras y dermatitis plantares.
Además, señalaron que han logrado una reducción en la mortalidad de pollos debido a
-
- menores problemas en las patas conseguido gracias al enriquecimiento ambiental,
- la menor densidad y el
- aumentar la distancia entre los alimentos y el agua.
Por otro lado, Pedersen dijo que algunos enriquecimientos, no obstante, pueden ser contraproducentes, como por ejemplo la provisión de fardos o balas de paja, que pueden representar un factor de riesgo para afecciones de origen bacteriano, como artritis, tenosinovitis o necrosis de la cabeza femoral.
Pedersen y col. realizó un estudio para evaluar el efecto del enriquecimiento ambiental en la salud y las características del hueso de la pierna de los pollos de engorde.
En concreto el estudio de Pederson y col. evaluaron los efectos del enriquecimiento ambiental en la salud y las características del hueso de las patas de los pollos de engorde.
Los investigadores incluyeron un control y ocho tipos de enriquecimiento: dos distancias entre comida y agua (7 y 3,5 m), forraje, paneles verticales, balas de paja, dos plataformas (30 y 5 cm) y una densidad reducida (34 kg / m2). El grupo control se mantuvo conforme las pautas normales de engorde del pollo en ambientes no enriquecidos.
El estudio incluyó 58 lotes (replicas) con aproximadamente 500 aves cada grupo. El día 35 de edad, se sacrificaron 25 aves por lote a las que se les realizaron un análisis postmortem de
- pechuga de madera,
- puntuaciones de condición corporal,
- condiciones patológicas (necrosis de la cabeza femoral, artritis, tenosinovitis, fracturas, discondroplasia tibial y tibiotarso torcido),
- anchura muscular del tercio inferior de la pata y
- características del tibiotarso (resistencia ósea, peso, longitud y diámetro proximal, diámetro medio y diámetro distal),
informaron los investigadores.
Pedersen y col. constatarón que el enriquecimiento ambiental tenía un efecto positivo en la patología, excepto que los enriquecimientos que aumentan la actividad podrían presentar un riesgo para el desarrollo de pechugas de madera, y que las balas de paja serían un factor de riesgo para infecciones bacterianas. Además, plantearon la hipótesis de que los grupos criados en ambientes enriquecidos habrían aumentado el ancho muscular, la resistencia ósea y las dimensiones del tibiotarso.
Según los investigadores, los pollos de engorde con 7 m de distancia entre la comida y el agua tenían un diámetro distal más largo del tibiotarso que aquellos con balas de paja. Las aves criadas con estructuras verticales a las que ascender, tenían un músculo de la pata más ancho que los tratamientos con balas de forraje, agregaron los investigadores, señalando que no se observaron efectos para los resultados restantes
Pedersen y col. concluyeron que sus resultados sugieren que
- proporcionar paneles o estructuras verticales a los pollos y
- una mayor distancia entre los recursos (pienso y agua)
puede resultar en una mayor dimensión muscular y ósea, posiblemente tenga un efecto positivo en la salud de las piernas. Además, la cría en entornos enriquecidos no comportó un riesgo mayor de incidencia de pechugas de madera o infecciones bacterianas.
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