Los operadores avícolas han constatado durante estas semanas el descenso de ocupación turística en las costas españolas, puesto que la demanda de pollo y huevos ha caído significativamente en este periodo si se compara con el mismo del año anterior.
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Esta situación la están viviendo algo más dramáticamente
los productores de pollo, que después de un año de malos precios
y exceso de producción, se encuentran con unas existencias en congelado
que habitualmente se colocaban en la hostelería y que este año
está siendo más que difícil vender.
Los profesionales de la avicultura de puesta coinciden con los anteriores, ya
que aseguran que las ventas veraniegas de huevos para las zonas turísticas
han caído con respecto a las de otros años, aunque su producción
ha podido colocarse en otros mercados comunitarios, pese a que los precios no
sean demasiado alentadores.
Sin embargo, los niveles de las cotizaciones del huevo son para los comerciales
de pollo "envidiables" ya que éstos últimos han tenido
que vender por debajo de los límites de coste durante muchas semanas
y, aunque ahora no están en la sima, parece que aún no terminan
de remontar para llegar a la línea de flote del beneficio.
En lo que se refiere a producción, los operadores de pollo consideran
que aunque la barrera comercial que impuso Marruecos a finales de 2001 para
las importaciones de pollitos de un día y huevos para incubar se haya
levantado, los efectos de aquella paralización se están notando
ahora.
Aseguran que hay un número "excesivo" de pollos en campo para
lo que venía siendo la producción de este año, a lo que
suman un parón de la demanda, tanto por el traslado del consumidor a
otras carnes, como la de bovino, como por la falta de turistas en el país
y la importación de congelados de Brasil.
La recogida en la avicultura de puesta este mes se está reduciendo algo
gracias a que muchos granjeros están aprovechando el mes para hacer mudar
a las gallinas, con lo que consiguen frenar la producción de estos animales
durante un mes.
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