En 1970, el restaurante Flash Flash, la primera tortillería del mundo, abrió sus puertas en Barcelona con un cuidado diseño al estilo op-art, y consiguiendo que la sencilla tortilla subiese de categoría. Procedente de una familia de avicultores, Jesús Quílez lleva desde entonces al frente de este local emblemático, ya ha cumplido 40 años.
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