España, primer país en la UE en obligar a la videovigilancia en mataderos
La videovigilancia en mataderos se convierte en obligatoria en España para garantizar el bienestar animal. El plazo para implantar la videovigilancia será de un año en los grandes mataderos y de dos años en los pequeños. La inversión se estima a partir de 6.000 Euros. En mataderos avícolas será obligatoria grabar en la zona de escaldado para tener garantía plena que ningún ave llega viva al mismo.
El Consejo de Ministros ha aprobado el 23 de agosto 2022 un Real Decreto que establece nuevas medidas para el control del bienestar de los animales, mediante la instalación de cámaras y sistemas de videovigilancia en todos los mataderos, incluidos los móviles, independientemente de su tamaño. España se convierte así en el primer país de la Unión Europea que pone en marcha esta exigencia, que hasta ahora era de carácter voluntario, que incluye un tiempo de adaptación, de uno o dos años, en función de si se trata de un matadero grande o pequeño.
Para Rafael Escudero, secretario general de Consumo, “Los sistemas de videovigilancia son una demanda de las personas consumidoras, que quieren tener certeza de que el producto ha sido sacrificado según unos estándares de bienestar animal”, en su opinión. Escudero de hecho recuerda que ya existen otros tipos de controles, como los llevados a cabo por veterinarios, pero que se trata de buscar “una mayor certeza” para garantizar el buen trato a los animales.
El Real Decreto ha sido impulsado por el Ministerio de Consumo y tiene como coproponentes a los ministerios de Agricultura, Sanidad y Derechos Sociales y Agenda 2030. Escudero explica que esta medida es “una repetida demanda de las asociaciones de consumidores, para tener mayor confianza, que dé garantías del bienestar animal; y de la propia industria cárnica, que también (en opinión de Escudero) reclamaba este sistema de control”. Por ello, añade, es una medida que cuenta con el respaldo de los diferentes actores.
El objetivo de instalar estos sistemas de videovigilancia pasa por garantizar el “bienestar animal durante la descarga, el traslado, la estabulación y el aturdimiento de los animales, y mejorar las garantías de seguridad alimentaria para los consumidores”, explican fuentes del Ministerio de Consumo.
Esas cámaras deberán abarcar, como mínimo, las instalaciones en las que se encuentren animales vivos, incluyendo las zonas de descarga, los pasillos de conducción y las zonas donde se proceda a las actividades de aturdimiento y sangrado. En el caso de aves y porcinos, la instalación de las cámaras deberá permitir la grabación del escaldado para poder comprobar que no se someten a esta operación unos animales que presenten signos de vida, añaden las citadas fuentes.
“Se trata de una norma que sitúa a España a la cabeza de Europa en esta materia y que, además de garantizar el bienestar de los animales durante su permanencia en los mataderos, mejora también las garantías de seguridad alimentaria para los consumidores”, valora el ministro de Consumo, Alberto Garzón, a través de un comunicado.
Uno o dos años de adaptación
A partir de la publicación en el Boletín Oficial del Estado de este Real Decreto, los mataderos grandes tendrán un año para instalar las cámaras de videovigilancia y los pequeños, dos años. Se calcula que en España existen actualmente cerca de 700 mataderos, la mitad de ellos, pequeños. ¿Qué determina la diferencia de tamaño? El número de animales que se sacrifican.
Avianza y otras interprofesionales cárnicas, a favor de las cámaras
Las empresas del sector cárnico aseguran que están a favor de esta medida. La Asociación Interprofesional de Carne Avícola (Avianza) asegura que “apoya todas las medidas que garantizan el bienestar animal y, como una medida de ello, es la instalación de cámaras de videovigilancia, que el sector ya tiene instaladas en la gran mayoría de las salas de transformación”.
“El compromiso del sector avícola en torno a los principios de bienestar animal, sostenibilidad y controles es firme”, afirma. “Nuestras salas de transformación, granjas, centros de producción y todo el ecosistema de empresas en general, están cada vez más profesionalizados y tecnificados para abordar este tema que se ha convertido en una prioridad para todos. Nosotros llevamos años mostrando de forma transparente al consumidor que nuestro sector cumple más allá de los principios marcados por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) en materia de bienestar animal, así como los reglamentos de la Unión Europea, como el Convenio Europeo para la Protección de los animales en granjas ganaderas”.
Avianza también apunta que trabaja con otras interprofesionales del sector cárnico para “crear el marco común que nos permita impulsar un sello que represente ante nuestros consumidores la garantía de una producción avícola que se rige por los máximos estándares de bienestar animal, así como criterios éticos”. “Todo el sector ganadero cárnico español remamos en la misma dirección bajo el ”Sello de Bienestar Animal“ que estamos ultimando bajo estos criterios”, concluyen.
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