Huevos en microondas, en Mercadona
Mercadona no deja de sorprender a sus consumidores. De nuevo, la salida al mercado de un polémico producto ha vuelto a sacudir a la compañía alimenticia por su presentación de un par de huevos a la plancha, preparados para acabar de cocinar en microondas.
La particularidad de estos huevos es que ya vienen envasados y cocinados, aunque este producto no es una novedad absoluta. Desde hace dos décadas se conoce un invento similar, por la existencia de huevos fritos congelados, un producto ideado por una granja gallega con el fin de alargar la vida útil del alimento. Y, sobre todo, para facilitar su manejo y seguridad en el ámbito de la hostelería y restauración.
Los ovoproductos en general, término asociado a estos preparados del huevo y más allá de los huevos de Mercadona, llevan mucho tiempo conviviendo con nosotros en los supermercados, aunque de forma más sutil. Buena prueba de ello son la clara y yemas líquidas pasteurizadas, que facilitan notablemente el trabajo en el ámbito de la hostelería.
Sin embargo, ahora estamos hablando de restauración. Dar el salto con un producto similar a primera línea de consumo parece cuanto menos arriesgado. Sobre todo considerando lo fácil que resulta preparar un huevo a la plancha en cuestión de pocos minutos en cualquier cocina. En el caso del producto en cuestión se indica que lo ideal es calentarlo en el microondas durante 30-40 segundos. Es decir, hay que calentarlo igualmente, aunque el tiempo sea menor.
El nuevo producto aún no está presente en todos los supermercados de Mercadona y se trata de una innovación fruto de la investigación y desarrollo del proveedor guipuzcoano Lagumar Seas”, que ya están probando a venderlo en algunas tiendas, de cara a su implementación en toda la cadena, aunque todavía no ha llegado a Euskadi».
A 1,80 euros el pack, el precio no ayuda para su venta. Obviamente sale por las nubes en comparación con cualquier otra gama convencional de huevos, pero claro, la innovación hay que pagarla.
Con respecto a las dudas planteadas por su larga duración al tener una vida útil de casi dos semanas, aunque sus ingredientes no aportan nada del otro mundo (huevo, aceite de oliva virgen extra y aceite de girasol), parece que la clave reside en tres tecnologías alimentarias combinadas:
- El tratamiento térmico que tiene el huevo, sometido a una pasteurización a baja temperatura para cocinarlo, pero sin que la yema llegue a cuajar. De esta forma se consigue una yema líquida y segura para el consumo humano, libre de microorganismos patógenos.
- El envasado al vacío, que aísla el alimento completamente del entorno y el oxígeno, reduciendo los procesos de deterioro como el enranciamiento de las grasas.
- La conservación en frío a 4ºC que ralentiza los procesos naturales de deterioro en los alimentos para que duren más tiempo en mejores condiciones.
A pesar de que el producto supone para la tecnología alimentaria empleada, lo cierto es que no hay que dejarse seducir por su carácter innovador. Es un producto que no plantea demasiadas mejoras para la mayoría de la población pues si bien puede ser útil para personas con problemas de movilidad al facilitar las tareas en el ámbito culinario, para otros no supone una ventaja considerable en comparación con el cocinar un par de huevos a la plancha mediante el método estándar de toda la vida.
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