La posibilidad de contraer la enfermedad ya ha sido demostrada en algunas ocasiones.
La forma exacta de transmisión a los humanos por el momento se desconoce.
La exposición a las aves infectadas y el contacto directo con éstas
se considera un factor de riesgo; por otra parte, el contagio entre humanos
es extremadamente raro.
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En los últimos años ha habido casos de influenza en personas
provocados por distintos subtipos del virus. En 1996 en Inglaterra; en 1999
en Hong Kong y China.
El caso más serio reportado hasta hoy, sin embargo, es el ocurrido en
1997 también en Hong Kong, en el que se vieron afectadas 18 personas,
6 de las cuales murieron. En febrero del 2003, en el mismo lugar, surgieron
nuevos casos.
Los casos reportados en los Países Bajos en el 2003 fueron 260 en total,
en 82 de los cuales se confirmó la infección por el virus. Las
principales medidas aplicadas en este brote fueron la profilaxis vacunal y los
tratamientos antivirales, así como las medidas higiénicas tipo
guantes, mascarillas, monos deshechables, botas, etc., para todo el personal
que tuviera que estar en contacto con las aves. Todo ello fue crucial en el
control de los contagios. De hecho, la única víctima mortal fue
un veterinario de 57 años que no había recibido el tratamiento
y en los pulmones del cual se aisló virus de influenza subtipo H7.
Para conocer el riesgo que la gripe del pollo ejerce sobre la salud pública,
deberíamos analizar la prevalencia de la influenza humana a nivel mundial.
Personas de todo el mundo se ven afectadas a diario por distintas cepas de virus
de influenza, provocándoles infecciones respiratorias y muertes en grupos
de riesgo -personas mayores, bebés, personas inmunodeprimidas, etc-.
Conociendo en qué grado la población enferma de gripe humana,
conoceríamos las posibilidades de generar virus híbridos infectivos
para los humanos.
El procedimiento que se supone es el siguiente:
1)Infección del ave;
2) Recombinación con un virus de gripe humana en una persona;
3) Infección de una segunda persona que haya estado en contacto con la
primera.
El sistema inmunitario humano no los reconoce, y de momento no hay vacuna para
ello. Si este virus tuviera capacidad para transmitirse de persona a persona,
la nueva cepa recombinante podría provocar una epidemia mundial, pero
es algo que no se ha demostrado por el momento.
El control de los procesos virales tanto en personas como en animales requieren
mucha preparación. La Comisión
Europea ha preparado recientemente un Plan de Vigilancia aplicable en la
Unión Europea a las enfermedades de declaración obligatoria, entre
las cuales se encuentra la influenza. El objetivo es monitorizar los datos clínicos
y serológicos en humanos en 18 países europeos. Estas actividades
se llevan a cabo de forma coordinada con otras redes de vigilancia, entre ellas
la Organización Mundial de la Salud.
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