Inspecciones de bienestar animal en broilers: interpretaciones y tendencias

Además del peso, el modelo europeo de producción animal obliga a pagar por la calidad de las canales y por el grado de bienestar con que se han criado esos pollos. Cuanto mayor haya sido el bienestar de esas aves durante la crianza y transporte, mayores primas recibirá el avicultor. En esta charla magistral, el catedrático nos explicará las maneras aprobadas por la UE y las últimas tendencias para medir de manera científica el bienestar con que se han criado los pollos desde el punto de vista de su análisis una vez sacrificados en el matadero.

La Directiva 2007/43/EC, que establece normas mínimas para la protección del bienestar de los pollos de carne, entró plenamente en vigor hace ya 3 años. Una de sus consecuencias fue la puesta en marcha de los sistemas de inspección en todos los Estados miembros de la UE, tanto a nivel de granja como de matadero.

Desde esta fecha, en los cursos de formación de la DG SANCO “Best Training for Safer Food”, se ha estado instruyendo a inspectores veterinarios de toda Europa sobre los fundamentos y metodologías de la inspección del bienestar animal en broilers, y se ha aportado información más detallada sobre los criterios aplicados en determinados países y sus resultados. A su vez, la Food and Veterinary Office de la CE ha realizado hasta la fecha más de 20 auditorías sobre la calidad de las inspecciones en distintos países, que aportan información sobre las deficiencias más comúnmente encontradas, así como sobre ciertas disparidades en la interpretación y aplicación de la normativa entre unos y otros Estados.

La legislación no contempla actualmente objetivos o límites concretos relacionados con los problemas de calidad de canal, como las lesiones de piel y en especial la pododermatitis plantar, que son consecuencia de condiciones inadecuadas para el bienestar de los broilers durante su crianza. En su momento se juzgó que los que figuraban en sus primeros borradores no estaban suficientemente validados por el conocimiento científico existente, y que además era necesario mejorar los baremos y sistemas para su valoración; para lo cual se financió un proyecto de investigación paneuropeo ya concluido (Welfare Quality). Entre tanto, la Comisión Europea ordenó la recogida sistemática de datos en mataderos de pollos de toda Europa con el fin de realizar un estudio estadístico de su incidencia y gravedad, y determinar el tamaño de muestra (nº de aves, manadas, mataderos) adecuado para establecer un sistema de control oficial. Sus resultados y conclusiones fueron publicados recientemente por la EFSA.

Algunos países de la UE ya llevan tiempo aplicando sus propios sistemas de control. En la mayoría de los casos, sus resultados pueden repercutir en la densidad de cría autorizada, el reforzamiento de la inspección veterinaria a nivel de granja, o incluso en la imposición de sanciones. Todo indica que estas experiencias piloto influirán en la muy probable adopción de modificaciones de la normativa, aplicables a todos los Estados miembros. Debido a la importancia de esta problemática, el año pasado se alcanzó un acuerdo entre criadores y empresas integradoras que establecía las bases de un sistema de primas y penalizaciones con respecto a la calidad de canal, análogo al ya existente para resultados técnicos como la mortalidad o el índice de conversión. La implantación de estos autocontroles requiere un consenso en cuanto a los límites mínimos y máximos y el sistema de valoración de las diferentes lesiones.

En esta ponencia se aportará una información actualizada sobre todos los aspectos arriba indicados.