El precio de salida de la antigua cooperativa comarcal es de 3,7 millones de Euros. Los trabajadores tomaron las riendas de la empresa hace tres años: «Hemos demostrado que era rentable»
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El precio de salida de la antigua cooperativa comarcal es de 3,7 millones de
Euros. Los trabajadores tomaron las riendas de la empresa hace tres años:
"Hemos demostrado que era rentable"

Esta medianoche los treinta trabajadores del matadero de la antigua Cooperativa
Comarcal d´Avicultura de Reus comenzarán a trabajar para tener
a punto la faena a las ocho de la mañana del jueves. Luego tienen una
cita en el juzgado. La finca y el edificio de la Nova Comarcal salen a subasta
por 3,78 millones de euros. Por ahora, ningún empresario ha mostrado
interés por adquirir la empresa, que en 1998 compró el empresario
jerezano José María Ruiz Mateos y que un año después
se declaró en suspensión de pagos. Quien sí ha mostrado
su disposición a pujar es el Ayuntamiento
de Reus
, que lo hará a través de la sociedad patrimonial Innnova
Grup d´Empreses Municipals de Reus para defender los intereses de estos
treinta trabajadores.

Durante los años setenta y hasta mediados de los ochenta, la Cooperativa
Comarcal d´Avicultura de Reus llegó a tener casi 500 trabajadores
y una actividad frenética. En 1993 se presentó una primera suspensión
de pagos. Ruiz Mateos compró la cooperativa en noviembre de 1998 y en
octubre de 1999 Nueva Rumasa confirmó la venta de la empresa a la firma
avícola Cinira, domiciliada en un paraíso fiscal que en pocas
semanas presentó una segunda suspensión de pagos. En aquel momento
se alimentó la versión de que detrás de Cinira estaba Ruiz
Mateos, que no quería que su nombre se relacionara con una suspensión
de pagos ni con el despido de trabajadores.

La firma reusense Lluís Crusat Carns adquirió entonces la Nueva
Comarcal y anunció un plan de viabilidad que implicaba despedir a 63
de los 138 trabajadores que se mantenían en la factoría. Los empleados
impulsaron entonces numerosas movilizaciones para evitar los despidos y el cierre
de la empresa, pero durante los cinco primeros meses del 2000 la factoría
estuvo totalmente inactiva. Los empleados que habían quedado aceptaron
sucesivas suspensiones de contrato hasta que, a finales de año, una treintena
de ellos, los que habían decidido no tirar la toalla, empezaron a a limpiar
a fondo la maquinaria. "Decidimos ir a buscar a clientes y comenzar a trabajar
en el matadero", explica Ramon Ferré. Comenzaron sacrificando 3.600
pollos; en dos días fueron 6.500; en pocas semanas ya eran más
de 10.000 y se constituyeron en una sociedad laboral: Serveis Agrícoles
d´Avicultura y Ramaders El Carrasclet, que preside Ferré y que
tiene alquiladas las instalaciones que mañana saldrán a subasta
a Lluís Crusat.

"Hemos demostrado que la empresa podía ser rentable", insiste
Ferré. Sólo se mantiene la actividad en el matadero -la subasta
de la antigua fábrica de pienso se celebró la semana pasada y
nadie pujó por ella-, pero ahora sacrifican una media de 20.000 pollos
diarios. Lo que esperan ahora los trabajadores es que no vuelva a especularse
con la empresa y que no ocurra como hace dos años, cuando Ruiz Mateos
paralizó una primera subasta pagando más de un millón de
euros en concepto de liquidación de una de las dos hipotecas que pesaban
sobre ésta.

«La Vanguardia» [20-Oct-2004] Etiquetas:

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