Resumen Conferencia impartida por Pedro Rubio (Facultad de Veterinaria de León), en el marco de las Jornadas Profesionales de Avicultura 2013 el martes 28 mayo a las 15:00

La microbiota digestiva de los vertebrados es una comunidad de compleja microorganismos (bacterias, arqueobacterias, virus y eucariotas) imprescindible para la salud del hospedador y que tiene una importancia capital en la productividad.

En el hombre, el número de bacterias intestinales supera en 100 veces el número de células del cuerpo y los genes bacterianos son 150 veces más numerosos de los humanos. El superorganismo es el ser vivo formado por el hospedador, el ave, más su mi- crobiota simbiótica. Ambos son interdependientes y evolucionan de forma conjunta. El ave es el ecosistema donde se desarrolla la microbiota y ésta estimula el sistema inmune del ave, la defiende contra las infecciones y le aporta capacidades metabólicas que le permiten digerir y aprovechar componentes del pienso no directamente metabolizables por su sistema digestivo.

Los estudios sobre la influencia de la microbiota en la salud y en la producción animal se han incrementado notablemente en los últimos años debido a la disponibilidad de técnicas que permiten analizar el ADN bacteriano sin necesidad de aislar las bacterias, lo que posibilita. seguir la evolución de la microbiota en respuesta a cualquier cambio: dieta, estrés, antimi- crobianos, probióticos, prebióticos, etc.

Los principales parámetros productivos (ganancia media diaria, índice de conversión y mortalidad) tienen una relación di- recta con la calidad y el equilibrio de la microbiota digestiva. El aumento notable de problemas digestivos poco específicos que viene detectándose en las explotaciones tiene también una relación directa con la microbiota. Problemas comunes como la cama húmeda, la colibacilosis o las clostridiosis son muchas veces las manifestaciones finales de alteraciones del ecosistema intestinal que originan problemas en la digestión y absorción de nutrientes o que permiten la multiplicación de agentes patógenos oportunistas como Escherichia coli o Clostridium perfringens.

Por otra parte, la población bacteriana inicial del pollito recién nacido va a determinar su salud posterior así como su capa- cidad digestiva y, en consecuencia, su rendimiento productivo especialmente en animales de vida corta como los broilers. La microbiota modula la expresión de muchos genes del pollito, principalmente relacionados con su sistema inmunitario y con su fisiología digestiva. Esta microbiota tiene un grado de resiliencia notable, pero puede verse alterada por diversos factores y tarda tiempo en volver al estado de equilibrio original. En un broiler este tiempo de recuperación puede suponer una diferencia notable en el rendimiento final.

La microbiota digestiva tiene la ventaja de que puede ser manipulada con relativa facilidad. Todo lo que el ave ingiere (pienso, agua, antibióticos, prebióticos, probióticos, etc.) influye de inmediato en ella. Estas posibilidades de actuación así como las posibilidades de seguimiento de la evolución de las poblaciones microbianas están abriendo un campo de trabajo nuevo que contribuirá notablemente a la mejora de la salud y de la productividad de la producción avícola.

El uso de antibióticos en la avicultura tal como lo hemos conocido hasta ahora tiene los días contados y además la aparición de resistencias ha hecho disminuir notablemente su eficacia, por lo que es imprescindible encontrar alternativas. En el caso de las enfermedades digestivas estas alternativas son más sencillas debido a las posibilidades de actuación sobre la microbiota. Entre las más viables están el empleo de probióticos, prebióticos y antimicrobianos no antibióticos. No existe el probiótico universal válido para cualquier situación, pero es posible utilizar probióticos específicos para controlar problemas concretos. Los prebióticos son sustancias no metabolizables directamente por el ave, pero que favorecen la salud intestinal debido a que estimulan el crecimiento de la flora digestiva beneficios y hay un número creciente de sustancias o productos que cumplen esta función.

Por último, también hay moléculas o productos principalmente de origen vegetal que tienen una capacidad antimicrobiana notable y que pueden sustituir en cierta medida a los antibióticos.

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