La producción española de huevos descendió en torno a un siete por ciento en el primer semestre de este año, tras situarse en 10.388 millones de unidades, reflejo, sobre todo, de la disminución del 6,6 por ciento en las reposiciones de pollitas.
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Según ha indicado el presidente de Asociación Española de Productores de Huevos (Aseprhu), Jorge Abad, esta disminución de la producción, unido a un fuerte incremento de la demanda externa, especialmente del mercado italiano, ha favorecido que los precios subieran en este periodo un 15 por ciento respecto al año anterior.
Abad explicó que el significativo aumento de las exportaciones hacia Italia registrado desde el otoño de 1999, debido a que el parque de gallinas de este país sufrió una merma considerable por los efectos de gripe aviar, cambió el comportamiento de los precios españoles.
Así, los precios de los huevos iniciaron en noviembre de 1999 una clara tendencia al alza, que se consolidó en el primer cuatrimestre de 2000 -con un máximo en abril-, para dar paso a un leve retroceso, que continuó hasta primeros de junio, momento a partir del cual el mercado comenzó a dar signos de recuperación.

Según datos facilitados por esta asociación, el precio medio de los huevos, de la categoría A, clase L, se situó en el primer semestre del año en 151,5 pesetas por docena, mientras que en el
mismo periodo de 1999 fue de 116,8 pesetas.

El presidente de Aseprhu estimó que los precios de los huevos en origen mantendrán una relativa estabilidad en lo que queda de año, «aunque siempre queda la incertidumbre, porque cuando las
cotizaciones son buenas, los productores tienden a aumentar las reposiciones de pollitas».
Indicó que la estabilidad del mercado dependerá también de cómo evolucione la situación sanitaria en Italia, ya que -a no ser que surjan nuevos brotes- es probable que este país consiga erradicar la enfermedad que afecta a su cabaña el próximo otoño.
Aseguró que en el tejido empresarial del sector avícola español es muy difícil que se produzcan concentraciones, ya que la mayoría son explotaciones familiares, donde no es fácil incorporar procesos de industrialización.

Sin embargo, anunció su salida como accionista de DAGU, donde Abad tenía el 25 por ciento del capital, a través de dos sociedades que aportaban un parque de gallinas ponedoras de 500.000 animales y una producción de diez millones de docenas anuales.

Abad explicó que a pesar de esta tendencia alcista del mercado, las empresas todavía no se han recuperado de las pérdidas económicas ocasionadas durante la crisis de las dioxinas belgas, que hundieron el consumo interno y, consecuentemente, los precios a lo largo del segundo semestre de 1999.

Abad aseguró que en la primera entrevista que mantenga con el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, le planteará la urgencia de que se acometa un estudio sobre la viabilidad de un Plan de Seguros contra las epizootías que afectan a la avicultura de puesta, las cuales tienen consecuencias desastrosas para los productores.

En este mismo sentido, Aseprhu intensificará el trabajo para la puesta en marcha del Plan de Control Sanitario, en colaboración con el Ministerio de Agricultura, aunque Abad apuntó que todavía existen muchas dificultades debido a problemas de coordinación con las
Comunidades Autónomas, competentes en dicha materia.

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