La Comisión Europea ha acordado poner en marcha nuevas medidas para reducir la presencia de dioxinas en el medio ambiente, en los alimentos humanos y en los piensos
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El Ejecutivo comunitario ha aprobado el pasado mes de octubre una estrategia con el fin de disminuir las dioxinas y otras sustancias tóxicas como los policlorobifenilos (PCB) en el medio ambiente, mediante medidas de control de las fuentes que originan estas sustancias tóxicas.

Las dioxinas se concentran sobre todo en las grasas de los animales bovinos, en la leche, las aves y el pescado, y, al igual que los PCB pueden tener efectos cancerígenos, hormonales y
alteraciones en el sistema inmunológico.

La Comisión Europea ya presentó en julio una propuesta de normativa para limitar a partir del año 2002 la presencia de dioxinas en la alimentación humana y animal, propuesta que fue debatida el pasado 15 de noviembre en el Consejo de Ministros de Sanidad de la UE.
Con la estrategia presentada , Bruselas pretende «dar un paso más en la reducción de estas sustancias», explicó en un comunicado la comisaria europea de Medio Ambiente, Margot Wallstrom.
Esta iniciativa será enviada también al Consejo de Ministros de la UE, al Parlamento Europeo y al Comité Científico comunitario.

Bruselas pretende reducir la absorción humana de dioxinas por debajo de los niveles recomendados por el Comité Científico sobre Alimentación de la UE, que estiman una tolerancia semanal inferior a los 14 picogramos por kilo de peso corporal humano.
Bruselas considera que la forma más efectiva de reducir estas sustancias tóxicas en los alimentos es disminuir la contaminación ambiental evitando nuevas emisiones y teniendo en cuenta la «contaminación histórica», indicaron las fuentes.

El 90 por ciento de la exposición humana a las dioxinas es a través del consumo de alimentos.

La estrategia aprobada tiene dos partes y la primera de ella
consiste en identificar las acciones de corto y medio plazo -unos 5
años- como la identificación de las fuentes que originan las
dioxinas y los PCB y otras a largo plazo -10 años- que consisten en
investigaciones y en el establecimiento de límites máximos.
A corto y medio plazo, prevé investigaciones sobre la generación
de dioxinas en las incineradoras de desechos de hospitales, las
fábricas y también otras fuentes no industriales como las fuentes de
combustión domésticas, o las minas o la quema de restos animales.

Bruselas pretende realizar también investigaciones en cooperación
con países terceros y otras organizaciones internacionales.

En la estrategia, la Comisión hace hincapié en la necesidad de
medidas de control en relación a la ampliación de la UE, porque
actualmente los países candidatos emiten más dioxinas y PCB que los
Estados miembros, por la distinta legislación y por la abundancia de
plantas industriales.

Por otro lado, la Comisión pretende fijar tres tipos de niveles
para controlar las dioxinas: «límites máximos» por encima de los
cuales no se puedan consumir los alimentos; «límites de acción»,
cuando la concentración de dioxinas puede ser un motivo de
«advertencia» y un tercer nivel, «límites objetivo», para definir el
contenido máximo de acuerdo con los informes científicos.

En junio de 1999 se produjo el conocido «escándalo de las dioxinas» que afecto muy negativamente a todo el sector del pollo.
Puede verse lo que sucedio entonces desde el «ARCHIVO DE NOTICIAS» que figura al pie de la homepage de AVICULTURA.COM si se accede a «Años anteriores» y desde allí a la semana 23 de 1999 o, mediante este
enlace directo
a la noticia publicada hace 30 meses.

– Página de la FAO sobre los
efectos de las dioxinas
en la salud humana.

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