Contrariamente a lo que muchos individuos piensan, la gallina posee su propia inteligencia y habilidades como las nombradas, que en nuestra raza se comienzan a desarrollar a partir de los cuatro años, han sido descubiertas en las gallinas domesticadas a edades tempranas. Asimismo, estas aves saben a partir de los dos primeros meses de vida que cuando mueves un objeto fuera de su campo de visión, este continúa existiendo. Sin embargo, los bebés solo desarrollan esta habilidad un año después de haber nacido.
Nicol ha explicado al diario ‘The Times’ que «los estudios de los últimos veinte años han revelado su precisión para desarrollar capacidades sensoriales, su habilidad para pensar, extraer conclusiones, aplicar la lógica y planificar». Uno de los casos concretos que se mencionan en este estudio es la capacidad de las gallinas para realizar inferencias lógicas. Capacidades como las de los humanos, que razonarán sin problemas sentencias como ‘si el objeto A es mayor que B y B es mayor que C, entonces A será mayor que C’, también aparecen en estos animales a través de la lucha. Han comprobado que cuando tres gallinas pelean y una de ellas observa que la primera de ellas ataca a la segunda, es capaz de dilucidar que a continuación es posible que la ataque a ella y huir.
En las conclusiones extraídas por Christine Nicols coincide Siobhan Abeyesinghe, que este mismo año ha publicado otro importante estudio titulado ‘¿Tienen amigos las gallinas?’. Abeyesinghe afirma al diario Telegraph que «las gallinas ciertamente tienen más capacidades de las que la gente es consciente. Pienso que están siendo juzgadas injustamente».
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