Los huevos, protagonistas en la cocina del confinamiento

La emergencia sanitaria del COVID-19 ha cambiado radicalmente nuestra vida, pero no nos ha impedido tratar de hacerla más llevadera en el obligado confinamiento. Para muchos, cocinar se ha convertido en un aliciente para disfrutar en familia de platos caseros y volver a preparar los postres típicos de la Semana Santa y los bizcochos de las abuelas.

El huevo, junto con las harinas y el azúcar son algunos de los protagonistas en la cesta de la compra durante las siete primeras semanas del estado de alarma, según datos del MAPA sobre el consumo alimentario en hogares. La demanda de huevos ha sido elevada durante todo el periodo, con un 43% de incremento medio sobre las compras en el mismo período de 2019, sin mostrar el “efecto acaparamiento” que se ha dado en otros alimentos no perecederos, como el aceite o el arroz. En Francia los datos son muy similares, con un 44 % de aumento del consumo de huevos en el primer mes de confinamiento.

Muchos de los huevos habitualmente destinados a la venta en el canal HORECA y a industrias de ovoproductos han podido desviarse hacia las tiendas, aliviando parcialmente el grave problema que amenazaba a una parte del sector.

El esfuerzo de todos los profesionales y empresas del huevo ha puesto este alimento básico, nutritivo y saludable, diariamente en las tiendas. Como cualquier otro día. Mantener el suministro ha sido un reto enorme, que ha exigido movilizar un 40 % más de volumen de forma sostenida para atender las necesidades de establecimientos y consumidores.
Al mismo tiempo en las empresas se gestionaba el miedo al contagio, la compra de equipos de protección, la reorganización de turnos y espacios de trabajo, redistribuir rutas y pedidos, cambiar formatos o envases y seguir los decretos publicados en el BOE.

Eso es lo que ha hecho la Gente del Huevo, comprometida firmemente con la sociedad y a la altura de las circunstancias cuando ha habido que estarlo. Es momento para el reconocimiento y el agradecimiento a todos ellos. También para recordar a los que nos dejaron, consolar a quienes han perdido a personas importantes en sus vidas por el COVID-19 y pensar que somos capaces, si nos lo proponemos y trabajamos unidos, de superar grandes retos.

Queda pendiente volver a la normalidad poco a poco. Esperamos impacientes el día en que podremos celebrarlo junto a nuestros seres queridos con un pincho de tortilla, unos huevos rotos, un flan o un trozo de tarta. Pero esta vez en nuestro bar o restaurante de siempre. Que ya los echamos de menos…

 

 

María del Mar Fernández Poza

Directora de ASEPRHU

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