HuevosEn el mercado alemán hace tiempo que los huevos procedentes de gallinas en jaulas no están bien vistos. Sin embargo, se pueden encontrar en los ovoproductos, como en mezclas para cocinar y en mayonesas, sobre todo en esta época en la que empiezan a aflorar los productos típicos de Navidad y por consiguiente hay más demanda de huevos. Según el diario alemán Frankfurter Rundschau, el 50% de los huevos que son procesados por la industria local de alimentos proceden de gallinas ponedoras en jaulas en batería. Esto no se encaja bien en una sociedad en la que los consumidores muestran una clara preferencia por los huevos de gallinas camperas o ecológicas.

Mientras el número de gallinas camperas va aumentando, el de gallinas en jaula cae drásticamente, de modo que en los lineales de las grandes superficies ya sólo se encuentra huevo en jaula en proporciones muy anecdóticas: apenas un 1,5% de los huevos frescos son procedentes de baterías. El problema viene con los ovoproductos, porque actualmente no hay requisitos de etiquetado, aunque es un tema que se debate desde hace mucho tiempo en la UE: ¿debe ser obligatorio para los huevos procesados un etiquetado especificando su origen? Parece ser que para la mayoría de la sociedad alemana, sí. Es una tendencia que va en aumento en países como Alemania, Holanda o Austria, donde la producción en batería no deja de descender, algo que contrasta con la situación de otros países, como España y Portugal, en los que los huevos procedentes de gallinas en jaulas enriquecidas aún suponen el apabullante 90%.

En esta época en la que el consumidor alemán lamenta la llegada a la industria de huevos procedentes de gallinas que no están en libertad lo que se produce es un importante cuota de importación. Las importaciones de huevo en Alemania suponen un tercio de los huevos del mercado alemán.

Este tema ha sido tratado en profundidad en el artículo «Eier aus Käfighaltung sind überall» -algo así como «Los huevos procedentes de gallinas criadas en jaulas están por todas partes», publicado en Frankfurter Rundschau.

 

 

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